El presidente sufrió un grave accidente de tráfico en 1979 a pocos metros del nuevo tramo

"Siendo gallego y estando en Galicia es un gusto estar en Palas, porque fue aquí donde aprendí que era necesario mejorar las infraestructuras". La frase elegida este martes por Mariano Rajoy para iniciar la intervención con la que inauguraba el nuevo tramo de la A-54 entre Palas y Guntín no fue casual. A pocos metros de donde este martes se abría al tráfico un moderno tramo de la autovía A-54, está ubicado el lugar en donde en 1979 el actual presidente del Gobierno sufrió un gravísimo accidente de tráfico, que le dejó secuelas que tardó años en superar.

Con solo 24 años, un joven Mariano Rajoy se dirigía en su Seat 127 rumbo a Villafranca del Bierzo, donde ejercía como registrador de la propiedad tras aprobar las oposiciones solo un año antes.

En un tramo curvo, entre los núcleos de Ferradal y Marco ya en el municipio de Palas de Rei, perdió el control de su vehículo y acabó precipitándose por un terraplén. Aunque logró bajarse del coche por su propio pie y dar la voz de alarma para poder ser trasladado al hospital, el terrible accidente dejó el rostro del actual presidente totalmente desfigurado.

"No supe que había operado a Rajoy hasta diez años más tarde, cuando se aercó a mí para agradecérmelo"

Luis Zaera
Cirujano plástico

Casualidades del destino, el cirujano que se encargó de recomponerlo fue el lucense Luis Zaera, que no fue consciente de la identidad de su paciente hasta que una década más tarde fue el propio Mariano Rajoy el que se lo desveló en el transcurso de un encuentro casual. "Cuando sufrió el accidente, el presidente todavía era un desconocido que no se había iniciado en política", asegura Zaera.

El cirujano recuerda, sin embargo, lo complicado de la intervención, ya que el político tenía un traumatismo facial muy grave, que le afectaba buena parte del rostro, los labios y los parpados, que fueron necesarios reconstruir.

La gravedad de aquellas heridas y el largo periodo de tiempo que necesitaron para cicatrizar fue el motivo por el que Rajoy decidió dejarse la barba, aunque después ya se acostumbraría a ella y nunca más volvió a afeitarse.

Luis Zaera también afirma que, al contrario de lo que mucha gente cree, el característico seseo del presidente nada tiene que ver con aquel accidente, "la prueba es que su hermano habla igual", insiste.

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