A nivel gallego, la Enquisa Estrutural a Fogares elaborada por el Instituto Galego de Estatística (IGE) corrobora que la población no está todavía en condiciones de decir que ha superado la crisis. Si bien no se puede hablar de pobreza por no poder ir de vacaciones, lo cierto es que más de un millón de gallegos no pueden permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año, un dato parecido al de 2011.
Salarios justos o subsidios para quien se encuentra en situación de desempleo no alcanzan para afrontar gastos básicos. Existen otro tipo de gastos que también son difíciles de asumir para buena parte de la población. De esta forma, 442.184 gallegos no pueden permitirse mantener su casa a una temperatura adecuada en invierno. Además, 846.301 asegura no tener capacidad para afrontar gastos imprevistos y 136.271 personas en la Comunidad gallega tuvieron atrasos en el pago de recibos vinculados a la vivienda principal de la familia, ya sea en el pago de la hipoteca o de facturas de luz, agua o gas.
La pobreza afecta también a la alimentación de quienes la padecen: 38.098 gallegos no pueden permitirse comer carne o pescado por lo menos cada dos días