Merkel recibe a Hollande ''con los brazos abiertos'' pero blinda el pacto fiscal

La canciller alemana, Angela Merkel, aguarda al presidente electo francés, François Hollande, "con los brazos abiertos", pero con el pacto fiscal bajo cerrojo, convencida ahora de que la austeridad no está reñida con el crecimiento y, también, de que el gran desafío no está en París, sino en Atenas.

El pacto fiscal no es renegociable, como no lo es ningún otro tratado europeo tras unas elecciones en un país, "porque de ser así no se podría trabajar en la UE", afirmó hoy la canciller, al día siguiente de la victoria del socialista francés sobre quien fue el gran aliado de Merkel en los últimos años, Nicolas Sarkozy.

Al nuevo inquilino del Elíseo se le recibirá en Berlín "con los brazos abiertos", insistió Merkel, y con él se trabajará "intensamente" en busca de una fórmula para resolver el "quid" de la cuestión: "Lograr a la vez una consolidación presupuestaria y un crecimiento sólido", ya que "lo uno no va sin lo otro".

UNA CONVICCIÓN DE HACE YA TIEMPO

Esta convicción no es nueva, ni precipitada por la victoria de Hollande, defendía Merkel, sino que está desde hace tiempo "incorporada a las discusiones" en el seno de la UE, lo mismo que un pacto para impulsar la creación de empleo. Se parte de la base de que se dará con esa fórmula de compromiso entre los dos países "con una relación tan especial de amistad", como constataron en su primera conversación telefónica, la noche del domingo, en que Merkel llamó a Hollande para felicitarle.

La cuadratura del círculo no vendrá tras el previsible primer beso -o apretón de manos- de la canciller al presidente electo, en Berlín, en una fecha "realmente próxima", en cuanto Hollande haya jurado el cargo el próximo día 15. Serán precisos "otros encuentros", bilaterales o multilaterales, en las próximas cumbres de la UE, del G8 o de la OTAN, dijo Merkel.

MERKEL, PREOCUPADA POR GRECIA

La perseverancia es el fuerte de Merkel y en ello parece basar su certeza de que habrá un acuerdo que no implique un "gigantesco programa coyuntural" en detrimento del objetivo del déficit que, recordó, está fijado por el Tratado de Maastricht en el 3 % del PIB. "La situación de Grecia no está exenta de complejidad", admitió a continuación Merkel, respecto a los resultados electorales de ayer en el Estado heleno.

La victoria del socialista francés sobre Sarkozy no parece un problema insalvable, mientras que el avance de las formaciones hostiles al programa de rescate griego sí puede situar a la eurozona o a Atenas contra las cuerdas. "Vamos a ver cuál es la constelación del gobierno resultante", cuya formación compete exclusivamente "a los griegos", aseguró.

Berlín no va a desentenderse de Atenas y considera vigentes todos los acuerdos internacionales adoptados para su rescate, "independientemente de cuál sea la nueva constelación de gobierno", recordó el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert. "Son el mejor camino para salir de la crisis", añadió el portavoz, quien como la canciller insistió en que es prematuro hacer valoraciones acerca del rumbo que adoptará Atenas.

LA VALORACIÓN DE SUS PROPIAS ELECCIONES
Las valoraciones de Merkel en ese "día después" de una jornada electoral en formato múltiple tenían también una perspectiva alemana. La Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller salvó la cara en las elecciones regionales de Schleswig-Holstein, pero probablemente no podrá seguir gobernando en ese estado federado.

El Partido Liberal (FDP), su socio tanto en ese Land fronterizo con Dinamarca como en Berlín, festejó como un éxito el 8,2 % obtenido, pese a significar un claro descenso respecto al 14,9 % anterior.

Las razones de la euforia es que rompió la racha a la baja que sufre la formación desde que se convirtió en socio de Merkel -en 2009- y que en sucesivos comicios regionales quedó relegada a extraparlamentaria con porcentajes mínimos, el último del 1,2 %. "Es un resultado sólido", valoró hoy Merkel, pese a que a la CDU no le sirve para tratar de salvar su coalición en ese
Land. El FDP tendrá la oportunidad de comprobar si invirtieron la tendencia bajista en las regionales del próximo domingo en Renania del Norte-Westfalia, el estado más poblado del país.

De ser así, no será gracias a su presidente y ministro de Economía, Philipp Rössler, sino a dos críticos internos -Wolfgang Kubicki y Christian Lindner, los líderes del FDP en esos Länder-, lo que a medio plazo puede salirle caro al vicecanciller. A Merkel le servirá, sin embargo, para aparcar de sus quebraderos de cabeza inminentes la persistente crisis de su socio y concentrarse en la alta política global.

RESULTADOS EN ALEMANIA
La CDU obtuvo un 30,8%, menos de medio punto por encima del Partido Socialdemócrata (SPD), con un 30,4 %, según los resultados oficiales finales. La formación de Merkel no podrá reeditar su coalición en ese Land con el Partido Liberal (SPD), puesto que su socio de gobierno en Berlín quedó en un 8,2%.

Tampoco parece ser posible una alianza entre el SPD y Los Verdes, ya que el 13,2 % de los ecopacifistas es asimismo insuficiente para una mayoría sólida, de manera que las alternativas van de una gran coalición a un tripartito, tal vez con participación del partido de la minoría danesa SSW -un 4,6 %-.
 
Los Piratas se consolidaron como fuerza emergente, con un 8,2 % que les da acceso a su tercera cámara regional -tras Berlín y el Sarre (oeste)-, lo que es un hito en una formación que hasta septiembre pasado no contaba para la vida parlamentaria alemana.
 
Las regionales alemanas dan alas nuevas al socio liberal de Merkel, que por primera vez en meses logró romper la racha de naufragios y no quedar degradados a rango de fuerza extraparlamentaria, como venía ocurriéndole. 

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