Motivos para creer

Dicen que cuando menos se espera se producen las cosas más importantes, y el mundo del deporte es propenso a ello. En las teóricas temporadas de transición es cuando llegan los logros más considerables o, por lo menos, los que se tienen más en cuenta. En ese aspecto el Teucro es habitual, si se analiza un poco su historia. Inmerso en una grave crisis económica, el club pontevedrés comienza a respirar, a veces con ayudas de las ‘máquinas’ (como diríamos si se tratara de un ser humano), pero por lo menos mira el futuro con cierto optimismo. La cordura que ha impuesto la directiva de Carlos García Alén y sus asesores, aunque visualmente debería mostrarse más unida, está dando sus resultados. Ahora es necesario cumplir la hoja de ruta, pero por lo menos existe un plan para salir de una situación de la que alguno todavía no ha dado explicaciones, a pesar de que continúa dando lecciones morales, especialmente en las redes sociales. El Teucro está enganchando a la ciudad, sembrando semillas que en un futuro se convertirán en plantas que servirán para presumir. En cada encuentro el ambiente del Municipal es considerable, no en vano a lo largo de esta temporada se han registrado entradas que obligan a pensar con optimismo de cara a un futuro, como se comprobó el pasado sábado. Con los pies en el suelo, el Teucro va creciendo. La camiseta, que desde el sábado se exhibe en el Municipal, es un ejemplo de un esfuerzo compartido, el punto de encuentro de sentimientos… la consecuencia de que, con unidad, todo lo que parece lejano está más cerca. Ese sentimiento se transmite desde una pista en la que la lucha, la entrega y la fe están garantizadas por parte de un equipo que magistralmente está siendo dirigido por Javier Barrios. Sin grandes declaraciones, con prudencia, pero con ambición. Pocos apostaban por un Teucro que ya tiene los dos pies en el próximo play off, en el que, pase lo que pase, no se le podrá reprochar nada al equipo azul.

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