Multamóvil

El alcalde de Pontevedra ha comprado un multamóvil, que como usted imagina es un vehículo a motor de cuatro ruedas (un coche) destinado a poner multas. No sería de por sí grave el asunto si eso lo hubieran hecho en Valladolid, pero poner un multamóvil en Pontevedra desmorona catorce años de discurso de Miguel Anxo Lores (Vilalonga, 1954-?). 
Vamos a ver, Miguel Anxo (Miguel Anxo es el alcalde), te lo digo desde la confianza que me otorga el haber correteado contigo por la playa cuando éramos niños, desnuditos los dos, bien que eso no haya sucedido jamás. ¿No estamos en una ciudad peonil? ¿No vamos andando a todas partes? ¿No estamos fomentando además el uso de la bicicleta? Si es así, no nos hace falta un coche. Coges a un policía municipal, le das un Metrominuto y lo pones a pasear por la calle poniendo multas. O en bici. Ese trabajo bien podríamos encargárselo a Filgueira, que para eso lo hicimos concelleiro de Bicicletas, y así de paso damos ejemplo y fomentamos su uso (el de Filgueira). 
Compre usted el último libro de Manuel Pérez Lourido, ‘Quedarse en Pontevedra’. Pues decía que tenemos un problema con nuestro parque móvil. Hemos eliminado todos los coches de la ciudad menos los de la policía, que se ven por todas partes. Los coches policiales deberían haber desaparecido en la misma proporción en que lo han hecho los demás, pues no siendo así el discurso pierde efectividad, Miguel Anxo, no lo negarás. Ya sólo nos hacen falta los vehículos necesarios para acercarse a las parroquias, pero no los que circulan a todas horas por el casco urbano. Y con lo que ahorraríamos en combustible podríamos hacer muchas cosas, como realizar el sueño de Telmo Martín (Meaño, 1858-Pontevedra, 2011), sueño compartido por toda la ciudad: construir una ballena gigante en Campolongo y soterrar cosas. Llevo años diciendo que Pontevedra lo que necesita es una ballena gigante, a ser posible varias, y soterrar cosas. Aquel Telmo era un visionario, pero vuelvo al tema: ¿Qué hace Pontevedra llena de coches policiales? Para detener a un yonqui, pongo por caso, no hace falta un coche. Los yonquis no corren demasiado, aparte de que perseguirlo en coche es absurdo. Se te cuela por entre dos bolardos y ya tienes que bajarte y seguir a pie. Otra cosa es por una calle con tráfico rodado. En ese caso puedes ponerte a su lado a menos de treinta por hora, bajar la ventanilla, pedirle la documentación y que te la entregue mientras va escapando. 
No tiene sentido un multamóvil: no hay que meter coches, hay que quitarlos, o eso es lo que llevamos escuchando desde hace casi tres lustros. No es que sobre un multamóvil, es que sobran el multamóvil y muchos otros, como los que están siempre aparcados frente a la Peregrina. Yo siempre que paso por ahí me pregunto qué piensa un policía aparcado frente a la Peregrina, pues allí no puede hacer otra cosa que ésa, pensar. Un día me acercaré a alguno y saldré de dudas: “Buenos días, perdone usted la curiosidad, ¿me puede decir en qué piensa?”.
Si un viajante que viene a trabajar a Pontevedra tiene que desplazarse a pie también podrá hacerlo un policía, digo yo. En una ciudad diseñada para caminar, la efectividad de un coche policial se reduce notablemente, pues hay zonas muy amplias por las que ni siquiera puede circular y en aquellas por las que sí puede, molesta al peatón como molesta cualquier otro coche.
Hay otra parte del discurso que se viene abajo al sostener que el multamóvil no tiene afán recaudatorio. Si nos atenemos a la literalidad de la afirmación admitiremos que un coche no tiene afán recaudatorio, pues respetamos el principio según el cual los coches no tienen aspiraciones de ningún tipo. El afán lo tiene el que lo compra. Si esa máquina va a poner multas que habrán de cobrarse, el afán es recaudatorio. Otra cosa sería si el multamóvil fuera a ir por la calle arrojando besitos y caramelos a los infractores, como los Reyes Magos, que también lanzan besitos y caramelos a los infractores, pero no parece que ése vaya a ser el destino del artefacto satánico que hemos encargado. 
Yo haría con ese coche y con casi todos los demás lo mismo que hacemos los pontevedreses con las cosas que no necesitamos, que es llevarlas a Cash Converter a ver si nos dan algo.

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