Pepe Viuela (Logroño, 1963) hace un descanso durante el rodaje del capítulo 215 de la serie de televisión 'Aída', un tiempo en el que nos cuenta, vía telefónica, algo más sobre su nuevo espectáculo de humor, 'La encerrona', que llega este sábado a Pontevedra (centro social Novacaixagalicia, 20.30 horas) y en el que recupera uno de sus personajes favoritos, el de clown.
¿Qué tipo de espectáculo es 'La encerrona'?
Es un espectáculo de humor en el que asumo el papel de payaso. Podría decir que llevo 25 años con él, añadiendo y quitando cosas. Es un personaje que las personas de más edad conocen a través de las apariciones en televisión, ya que es el mismo tipo de sketch, que no he abandonado nunca. Lo bueno es que las nuevas generaciones lo disfrutan tanto o más. Llevamos un par de meses de gira y está funcionando muy bien.
El personaje se enfrenta a una serie de problemas, como en la vida misma...
Desde luego, se puede hacer una lectura más profunda, ya que en la vida nos ocurre precisamente lo que le pasa a él: de repente te ves arrojado a un escenario que no conoces, en el que no sabes cómo te tienes que comportar ni utilizar nada de lo que cae en tus manos. Es un personaje indefenso, perdido ante un público que le mira, que tiene que ir aprendiendo a base de errores, que es como aprendemos todos en la vida.
¿Es importante esa relación con el público?
¡Por supuesto! Es decisiva, ya que el espectáculo está pensado para construir un diálogo permanente. Supera la hora de duración, mientras que ensayado en una sala vacía duraría veinte minutos. Lo que hace que vibre y que funcione es lo que provocan cada uno de los errores en los espectadores, por eso el espectáculo nunca es igual. Hecho hoy y mañana en el mismo teatro es diferente, porque el público también lo es.
¿Significa un regreso al papel de clown o nunca lo ha abandonado?
Nunca lo he dejado. He tenido que abandonarlo durante algunas temporadas por cuestiones de trabajo, pero cuando paso un tiempo sin hacerlo lo echo muchísimo de menos. Es como un amigo al que estás deseando ver.
Además de actor y clown... hay una faceta suya menos conocida, la de poeta. ¿Cómo surgió esta pasión?
Viene de muy atrás, de cuando era un adolescente y utilizaba las cartas para escribir a las chicas que me gustaban. Utilizaba ese lenguaje más metafórico para contar ciertas cosas, y me di cuenta de que el poético era muy poderoso y llegaba más lejos. Si llegué a publicar fue simplemente porque me lo propusieron, pero las cosas que experimento cuando leo a un poeta de verdad son muy diferentes. Yo no me siento poeta.
Y lo que tampoco sabe mucha gente es que se presentó en una candidatura a unas elecciones locales...
Sí, me presenté en 2011 con Izquierda Independiente por San Sebastián de los Reyes. Lo hice porque creo que, en el fondo, todos tenemos una obligación. La política no es una actividad lejana que deba estar ligada a unas personas determinadas. Todos los ciudadanos tenemos un compromiso y la obligación de expresar cuál es nuestro posicionamiento. Cuanto más se exprese la sociedad, más fácil será entendernos. La gente que dice "yo no me quiero meter en política" no se da cuenta de que desde que nos levantamos hacemos política. La tendencia al mutismo no lleva a nada. Así no se construye la democracia.
Habla de obligaciones, ¿las tienen los políticos con la cultura?
El último trimestre del año pasado hubo un descenso de espectadores de teatro cercano a los dos millones. Si a la crisis que padecemos le unimos una subida del IVA tan grande, la gente tiene que retraerse, se le está poniendo muy difícil ir al teatro. Tanto los gobiernos central como autonómicos están atacando a la cultura porque ya no es que no te ayuden, sino que te ponen zancadillas. Solo queremos trabajar y no entiendo por qué la cultura se tiene que pagar al mismo nivel que un artículo de lujo.
Últimamente parece que la televisión es la tabla de salvación de los actores en España...
Ni siquiera eso, porque no hay producciones suficientes para todos. En mi caso soy un privilegiado y no me puedo quejar. Cada vez que salgo a la calle y hablo con amigos actores me entero de situaciones muy dramáticas: desahucios, vueltas a casa con los padres, el regreso a compartir piso...
¿Qué hay de usted en el personaje de Chema, de 'Aída', y viceversa?
El personaje surgió de los guionistas, pero a medida que pasan los años le vas dando toques que te gustan, aunque sea de forma intuitiva. Pero Chema llega a un nivel de idealismo que ya quisiera yo, al igual que esa capacidad de no rendirse nunca pese a que todo le sale mal.
¿Sería capaz de interpretar a Mauricio Colmenero, que es todo lo contrario a Chema?
Sí, y lo pasaría muy bien (risas).
Ya estuvo en otras ocasiones en Galicia, ¿qué recuerda de Pontevedra?
Puedo hablar más de Bueu, donde fui a veranear un par de veces. Se come muy bien y el ambiente es muy agradable y tranquilo, igual que en Pontevedra.