Nueva sesión de 'maquillaje' en el Castro de Alobre de Vilagarcía

Los alumnos del Obradoiro de Carpintería e Xardinería acondicionarán el entorno, a la espera de una actuación arqueológica
Alumnos y profesores comenzaron ayer las actividades, que se prolongarán durante seis meses.
photo_camera Alumnos y profesores comenzaron ayer las actividades, que se prolongarán durante seis meses.

Veintiún vilagarcianos mayores de 25 años que se encuentran en situación de desempleo se encargarán, durante los seis próximos meses, de realizar tarea destinadas a mantener y embellecer el entorno de Castro de Alobre, en Vilagarcía. Por esta labor recibirán un salario mensual de 640 euros.

La escuela taller para la que fueron seleccionados consta de dos especialidades, carpintería y jardinería. Esta iniciativa está promovida por la Consellería de Traballo e Benestar y cuenta con un presupuesto de 200.000 euros. La aportación económica que realiza el Concello asciende a 9.000, además de facilitar su infraestructura y los técnicos municipales.

Esta iniciativa fue presentada este martes en las instalaciones de la escuela taller. En el acto, el delegado territorial de la Xunta, José Manuel Cores Tourís, puso de relieve la colaboración institucional «para intentar que os obradoiros de emprego teñan continuidade na creación de postos de traballo» y recordó que Vilagarcía recibió para esta finalidad casi un millón de euros desde el año 2009.

El alcalde, Alberto Varela, agradeció que la Xunta hubiese depositado «a súa confianza no noso Concello para pór en marcha este proxecto, que permite formar a desempregados do municipio durante seis meses para poder optar a un emprego».

Tourís agregó que «obradoiros como o de Vilagarcía desenvolveranse nos próximos meses en varios concellos da provincia de Pontevedra», con una inversión de 3,2 millones de euros y la participación de 500 personas, entre alumnos y profesores. En total serán 20, y los vilagarcianos también tienen la posibilidad de participar en el de hostelería que organiza la Mancomunidade do Salnés y se celebra en O Grove.

La Consellería de Traballo e Benestar destinará diez millones de euros para financiar esta iniciativa formativa en Galicia, que se suma a los cinco destinados a desempleados a los talleres para menores de 25 años, agregó Tourís. «Seguro que estades desexando empezar canto antes», dijo Varela para finalizar su intervención.

Las labores a realizar en el Castro de Alobre servirán para ‘maquillar’ un entorno natural cuyas características guardan varias similitudes con las de otro espacio natural de primer orden del municipio, la isla de Cortegada. Pero su interés estriba, primordialmente, en que se trata del primer lugar habitado de Vilagarcía, el núcleo fundacional de la ciudad.

El conocimiento de que bajo el suelo se encontraban restos de sus primeros tiempos llevó al Concello a promover una iniciativa que propició la puesta en marcha de un plan de excavaciones, cuyos resultados superaron las expectativas iniciales, ya que buscando vestigios de la romanización, que está documentada, fueron halladas varias viviendas de la época de los castros, al igual que un horno y numerosos fragmentos de vasijas y otros utensilios.

Un ara romana, dedicada a Neptuno, y una necrópolis altomedieval son las pruebas de que Castro Alobre, un promontorio situado sobre el mar desde el que se divisa una panorámica sobre la ría de Arousa y era posible la comunicación con otros núcleos habitados, fue el lugar elegido por varias civilizaciones para asentarse.

A unos pasos del castro se encontraba el antiguo camino entre Cambados y Santiago, y entre sus descomunales rocas, moldeadas por la acción del mar, se halla el túnel que conduce hasta la fortaleza de Doña Urraca, situada en lo alto del monte Lobeira.

EXCAVACIONES. Buscando un poblado romano, el equipo dirigido por el arqueólogo Marcelino Abuín encontró un castro celta en el año 2001. Las excavaciones se convirtieron en una lección práctica, de la que fueron testigos los alumnos de varios institutos del municipio, y en el anticipo del descubrimiento de nuevos vestigios.

El Concello anunció su decisión de financiar una nueva campaña, además de organizar visitas guiadas para poner en valor el lugar, pero ambas propuestas se quedaron en papel mojado y cayó en el olvido y el abandono. La consecuencia fue que la tierra, que había sido retirada para poner al descubierto los muros, fue arrastrada por el agua. Actualmente, están semitapados y presentan un notable deterioro.

Los carteles que facilitaban información a los visitantes se pudrieron y poco o nada permanece de ellos. Quedan dos en pie, cuyos textos fueron completamente borrados por el agua.

Alrededor de los tocones de los eucaliptos que fueron talados crece de nuevo la vegetación que se encuentra habitualmente en el margen de las carreteras y las escombreras. También es frecuente la presencia de excrementos de perros.

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