Oklahoma, capital Vilalonga

Entre las actividades desarrolladas en el colegio de Vilalonga figuraron espectáculos de danzas típicas gallegas y norteamericanas.
photo_camera Entre las actividades desarrolladas en el colegio de Vilalonga figuraron espectáculos de danzas típicas gallegas y norteamericanas.

hasta hace apenas dos semanas, Sheena y Natalie desconocían por completo la existencia de una parroquia española llamada Vilalonga. Hoy, ambas niñas, de diez años de edad, pueden presumir de haber conocido a fondo el municipio de Sanxenxo y otros lugares emblemáticos de Galicia.

Estas dos jóvenes son estudiantes de Primaria en un centro educativo de Tulsa, una de las ciudades más grandes de Oklahoma (Estados Unidos) y llevan catorce días formando parte del alumnado del CEIP O Cruceiro. Están acompañadas por otra veintena de compañeros de su misma escuela.

Todos ellos pudieron hacer realidad su sueño de aprender castellano en España gracias a ‘Shecomesandspeaks’ (en inglés, “Ella viene y habla”). Se trata de un programa de intercambio de estudiantes totalmente novedoso en nuestro país, en el que el colegio de Vilalonga es pionero. Tal y como explica el director del centro, José Manuel Carlés, «o máis normal é que estas iniciativas se realicen con rapaces de diferentes países de Europa, pero ata o de agora nunca se fixera con alumnos de escolas de Estados Unidos».

La llegada de estos 22 jóvenes (ninguno de ellos supera los doce años de edad) ha causado un gran revuelo en la parroquia. Su presencia permite a los estudiantes de la villa perfeccionar su inglés. Además, también supone un reto para los vecinos que han dado el paso adelante necesario para acoger a los estudiantes durante su estancia en Vilalonga. La familia de Xabier Villalustre es una de las que no dudaron en aceptar el reto. Precisamente, Sheena y Natalie son sus huéspedes. «A experiencia é moi positiva a todos os niveis. Temos culturas e idiomas diferentes, pero a adaptación foi moi rápida», explica el propio Villalustre. A juzgar por lo que cuenta, la ‘morriña’ no parece uno de los rasgos identificativos de los americanos. «Ao principio botaban de falta aos seus pais, como é natural, pero a súa integración foi cousa de poucos días». Tanto es así, que las niñas solo han hablado con su familia una vez a través de Internet. Tampoco es que les sobre demasiado el tiempo, porque cada día hay mucho que hacer. A las actividades que realizan diariamente en el colegio se le suman las excursiones y visitas que preparan sus familias de adopción. «Levámolas á praia e encantoulles. Elas viven no interior e non a ven moi a miúdo», apunta Xabier Villalustre, que enfatiza que las chicas «xa están afeitas á rutina».

Los mayores problemas a la hora de adaptarse tienen que ver con la alimentación. «Comen moita carne. O peixe non lles gusta tanto. Ata o de agora só probaron o salmón. Ademais, os horarios que teñen en Estados Unidos son moi distintos, pero ao final todos poñemos da nosa parte para que a adaptación sexa o máis rápida posible», explica el ‘padrino’ de Sheena y Natalie.

buen nivel. En EE UU se le concede mucha importancia al aprendizaje de idiomas, puede que incluso más que en España. Buena prueba de ello es el nivel de castellano que manejan los estudiantes de Oklahoma que pasan estos días en Vilalonga. Entre sus conocimientos y los de los estudiantes ‘autóctonos’, al final la convivencia es un hecho. «Ao principio custoulles un pouco. Os rapaces de fóra xuntábanse entre eles e parecía que non ían facer grupo. Pero agora xa están todos xuntos», recalca el director del CEIP Cruceiro, que está convencido de que, como en Casablanca, éste puede ser el principio de una gran amistad. «Viaxan de volta ao seu país o martes, pero seguro que seguirán en contacto a través de Internet».

El centro educativo sanxenxino ha sido escenario en los últimos días de numerosas actividades de convivencia. Los almuerzos saludables, las redacciones de cartas, las excursiones (una de ellas tuvo como destino Santiago de Compostela), las fórmulas para impartir las materias (se alternan horas en inglés y en castellano) y los bailes tradicionales forman parte de la programación preparada por la dirección de la escuela, que se muestra satisfecha con el resultado. «É unha mágoa que xa marchen, pero creo que esta primeira toma de contacto foi moi positiva», reconoce Carlés, que explica que la consolidación del intercambio cristalizó tras meses de llamadas e intercambio de correspondencia con Tulsa. «Comezamos a traballar no tema o ano pasado. Unha profesora ten familia alí e enterouse de que estaban a buscar un centro educativo para facer o programa de intercambio. Antes ían a México, pero decidiron cambiar de destino por razóns de seguridade».

La experiencia ha resultado tan positiva que el CEIP Cruceiro confía en que se pueda repetir en el futuro. Eso sí, parece poco probable que los alumnos de Vilalonga puedan devolver la visita a sus nuevos amigos. «As viaxes son demasiado caras”, lamenta José Manuel Carlés. «Cada alumno tería que pagar uns 1.500 euros aproximadamente».

A las actividades escolares se suman excursiones y visitas que realizan los estudiantes con sus familias adoptivas

Comentarios