Juan Bautista Andrade, Cordón, Afonso XIII, San Pedro Alcántara, Cruz Vermella, avenida Bos Aires o Rafael Areses son algunos de los enclaves de la Boa Vila que han sido escenario de la actuación de los ladrones en las últimas horas. La más reciente oleada delictiva, que sigue patrones muy similares a la de anteriores repuntes, se registró en un espacio de poco más de 48 horas, y el balance de víctimas es aún provisional, pues la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano (ODAC) de la Comisaría Provincial de Pontevedra era ayer un auténtico hervidero de personas interponiendo denuncias.
Más de una veintena de automóviles (una cifra que se quedará corta en vista del número de garajes asaltados) y dos centros escolares fueron objetivo de los amigos de lo ajeno, que hicieron su particular agosto poco antes del Día de Todos los Santos.
RECAUDACIÓN HALLOWEEN. Los robos ocurridos en los dos centros escolares durante el fin de semana parecen guardar relación entre sí y tener poco que ver con el resto, aunque la Policía no descarta ninguna hipótesis por el momento. Lo cierto es que tanto en el CEIP A Xunqueira I como en el Manuel Vidal Portela (próximos entre sí, a apenas 400 metros de distancia), los ladrones se dirigieron a las dependencias que utilizan los miembros de las asociaciones de madres y padres (ANPA). En ambos casos, los objetivos eran las cajas de caudales, en las que, según pensaban, se guardaría la recaudación obtenida para la realización de las actividades con motivo de Halloween. Sin embargo, los autores de los hurtos tuvieron distinta suerte en cada caso. En A Xunqueira I, los ladrones forzaron la entrada y se dirigieron a las citadas aulas que emplea el ANPA. En ellas se hicieron con un botín de más de 400 euros. En el caso del Vidal Portela, al que los ladrones accedieron por la zona del gimnasio, no obtuvieron más que unos 15 euros, dado que el personal del centro había tomado las precauciones de no dejar cantidades importantes de dinero en las instalaciones.
LOS GARAJES. Los robos en el interior de garajes comunitarios son relativamente sencillos para los ladrones habituales, que en muchos casos disponen de mandos que se llevaron en anteriores asaltos o bien tienen la pericia suficiente como para entrar en los segundos posteriores a la apertura de la puerta por parte de algún vecino. En los cinco garajes de cuyos robos tiene constancia la Policía (en las calles Juan Bautista Andrade, Cordón, San Pedro Alcántara, Cruz Vermella y Afonso XIII), los hurtos, que afectaron a más de una docena de coches, se llevaron a cabo con el mismo modus operandi: el ladrón fracturó una de las pequeñas ventanas triangulares del vehículo para acceder al interior y buscar objetos de valor. Entre el botín de la madrugada de ayer destacó, por ejemplo, el robo de un iPhone 6 que un vecino se había dejado en su coche.
Idéntico proceder fue el que utilizó un conocido ladrón apenas 24 horas antes, en la madrugada del domingo, para entrar en las furgonetas que se hallaban estacionadas en la calle Juan Bautista Andrade. La Policía sospecha que accedió a dos de ellas tras fracturas las ventanillas, mientras que en las otras tres pudo forzar las puertas correderas.
El presunto autor, conocido por delitos similares, fue detenido esa misma noche y puesto en libertad pocas horas después.
