Otra chapuza más

cuando este ‘xornalista’ escribía después de las últimas elecciones generales que Zapatero no repetiría como candidato, no faltaron detractores que tacharan de locura tal premonición periodística. Cuando este currante de la noticia volvió a decir que si Blanco entraba en el Gobierno era porque el zapaterismo apuraba el disfrute del poder dado que el líder del talante perdido no sería el candidato, los mismos que demuestran intolerancia volvieron de retorcerse en las entrañas. Cuando este esforzado de la opinión repitió que la victoria de Feijóo en Galicia era síntoma del final zapaterista, algún medio gallego al servicio de la bicefalia fracasada volvió a crucificar al mensajero por no coincidir con los intereses del secuestro político perpetuo. Y cuando en Morriña.com y en Trazado horizontal dijimos desde El Progreso y el Diario de Pontevedra que Cataluña era la tumba y que el 2 de abril era la fecha elegida para anunciar el nuevo engaño, todavía hubo algunos nostálgicos que arremetieron contra la libertad publicada. Hoy, una vez más, quiero pronosticar un calendario de futuro, que no es más que la prolongación del truco prestidigitador con el que Zapatero dice que se va pero sin irse. En el PSOE está fermentando el adelanto electoral, porque de lo contrario el anuncio de Zapatero podía haber esperado a después del 22 de mayo, fecha de elecciones municipales y autonómicas. El socialismo no se va a exponer a otro fracaso de primarias como en Madrid y Valencia. Y tampoco se va a arriesgar a perder más escaños para darle el gusto a Zapatero de agotar la legislatura y marcharse de rositas sin castigo electoral. Si las elecciones de mayo son un fracaso socialista y hay sucesor en verano, habrá elecciones anticipadas en otoño para intentar aprovechar el efecto eufórico del elegido en detrimento del PP, de modo que la derrota penalice a ZP y no al candidato o candidata. El PSOE se dispone a dar un patético espectáculo final, después de dos legislaturas para guardar en el libro guinness de despropósitos gubernamentales. La militancia socialista desnortada canta el ‘Sin ti no soy nada’ sin saberse la canción y aclama a tres presidentes a la vez que son Zapatero, Rubalcaba y Chacón. Pero además reincide en el engaño de convocar primarias en vez de elecciones generales, mientras los tapados Bono y Fernández Vara esperan agazapados el castigo del 22-M. La decisión de Zapatero, sustentada en el incierto deber cumplido y las razones familiares, demuestra el desencuentro de la zeta con la realidad y la falta de escrúpulos con su partido y sus votantes. Ya sabíamos por el guerracivilismo de la memoria histórica, el Tinell, el estatuto catalán, la negociación con Eta, el comportamiento del 11 al 14-M, las mentiras de la crisis y las guerras pacifistas que en el zapaterismo prevalece el interés propio al interés general. Pero ahora se pone de manifiesto que a Zapatero también le da igual hacer daño a su partido, que dicho sea de paso es directamente proporcional al daño que hace a España. Este adiós dubitativo de Zapatero, entre el me voy pero me quedo, es otra chapuza más como pronosticar empleo cuando sube el paro.

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