Pan de pueblo

DIARIO DE ONÁN ► "Darío Trueba escribió en un relato que la juventud termina el día en el que tu jugador de fútbol favorito es más joven que tú"

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Domingo

Un diario privado es onanismo. Uno público, pornografía.

Martes

Hoy comimos con Montero Glez. Cuando publicó la novela quinqui ‘Talco y bronce’ (Algaida), nos convocó en una taberna taurina detrás de Las Ventas. En esta ocasión, en el restaurante del Reina Sofía, donde el escritor madrileño insiste en que ha sido víctima de la «generación cobarde». Algunos la acomodarían en la llamada ‘cultura de la Transición’. «Esa generación tapón cuya única aspiración es llegar a la RAE». Montero me recuerda a Chapela cuando dice aquello de «yo sobro aquí, el protagonista es la obra». Concretamente, ‘El carmín y la sangre’ (Algaida), ambientada en el Gibraltar de 1941, adonde llega el comandante Ian Fleming para hacerse cargo de la Operación Goldeneye. Todavía no la he leído, pero promete: espías británicos, submarinos alemanes, el personaje ficticio de la bailaora Juana La Petenera, el franquismo indeciso y, en el horizonte, la bahía de Cádiz. A Fleming, quien doce años después daría luz a James Bond, le gustaban las mujeres, el casino y la bebida. Hoy sería considerado un escritor cipotudo, el pobre.
miércoles

Los marcos de la izquierda. Desarrolle el tema.

Sábado

Artículo de primera necesidad: dícese del escrito publicado en un diario indispensable para el sostenimiento de la vida del periodista ‘freelance’.

Domingo

Hace años, David Trueba escribió en un relato que la juventud termina el día en que tu jugador de fútbol favorito es más joven que tú. Hace tiempo que dejé de pensar en la edad que tenían mis músicos o escritores cuando crearon sus obras maestras. Josele Santiago, por ejemplo, sumaba sólo veinticinco años cuando Los Enemigos publicaron el disco ‘La vida mata’ (Gasa). El martes, durante la comida con Montero Glez, también estaba presente Inma Aguilera, finalista del Premio de Novela Ateneo de Sevilla. Tiene veinticinco años y explicaba que le llevó diez terminar ‘El aleteo de la mariposa’ (Algaida). Cuando le comenté que me parecía sorprendente que hubiera empezado a escribirla a los catorce, respondió que su debut literario había sido a los diez. «Vargas Llosa se cambiaría por ti», le dijo Montero. «El capital de la juventud». Aguilera mezcla la ciencia ficción con el género negro, diseña camisetas y dibuja cómic manga. «La vida es demasiado corta para ser profesional de algo», añadió el autor de ‘Pólvora negra’ (Planeta). Aun así, la galardonada es su cuarta novela.

Lunes

Hay gente que se mete en nuestras entrañas. Hasta la cocina. Esta mañana ha venido el lector del agua, que sabe más de mi vida que muchos de mis amigos y familiares. Los secretos de un hogar jalonan el trayecto que va desde el felpudo de la puerta hasta el contador. Félix Gende Díaz fue un tiempo vecino. Luego me haría amigo de sus hijos, hablaría con su esposa, me invitaría al desayuno en el Eclipse —adonde íbamos a tomar copas baratas cuando la discoteca Mikro— y, llegada la ley antitabaco, a fumar un pitillo con el café con leche. Siempre invitaba a la familia a la sardiñada de la Peña Madridista de Bergantiños, que presidía él antes de cederle el testigo a su hijo Juan. Félix trabajaba en Fenosa y entraba en casa cuando procedía. Él sabía, por ejemplo, que a mi abuela Pastora le daban miedo las serpientes. Para ella, culebras.

Sábado

Me hacen mucha gracia los letreros que anuncian ‘pan de pueblo’ en los supermercados de las grandes ciudades. No puedo evitar una sonrisa irónica cuando alguien pide una barra gallega en la panadería de la esquina. ¡Pero señora, si todo viene de una panificadora de Villaverde Alto!

Lunes

Los Marcos de la izquierda. Complete el nombre de pila, apellido o apodo, según corresponda. Tome como ejemplo los casos siguientes: (Alejandro) Rojas Marcos, Marcos (Ana), Subcomandante (Rafael Sebastián Guillén Vicente) Marcos.

Martes

Me da que buena parte de los palmeros de aquel texto sobre los columnistas cipotudos ensalzó en su día las virtudes de Jabois y Tallón. También me da que, tratando de destruir a otros, su autor pretendía construirse a sí mismo.

Miércoles

Los auriculares estos que llevan los modernos —los Marshall de los cojones— serán chulos, pero te desgracian las orejas. El diccionario de la RAE todavía no recoge el término postureo. Se ha quedado en costureo.

Jueves

Ayer estuve en la casa de Martirio. Sonaba Chet Baker. Le pregunté si creía que alguien puede escribir mejor de una persona si no la conoce. Montero Glez, que bocetó al trompetista en el relato que da título a ‘Polvo en los labios’ (Lengua de Trapo), noveló a Camarón sin conocerlo. En ‘Pistola y cuchillo’ (El Aleph), que daría para una ‘road movie’ caló, borda al personaje, aunque el escritor madrileño apenas cruzó un saludo con él. Dicen que Chaves Nogales nunca vio torear a Belmonte, sin embargo, la biografía que le regaló es una delicia.

El barroquismo estético de Martirio contrasta con la cotidianeidad de sus letras. Le pregunté si se consideraba la Camarón de la copla y echó balones fuera, aunque ella revolucionó el género y, junto a Carlos Cano, le quitó el estigma de banda sonora del franquismo.

Antes de Camarón, los dinosaurios habitaban la tierra. José Monge, como después Morente, supo rodearse: Rafael y Raimundo Amador; Kiko, que luego sería Veneno; el rock progresivo de Alameda, con remite desde Triana; mucho Lorca, filtrado por Ricardo Pachón; Tomatito, tras tomar el testigo de Paco de Lucía; y Dolores, flauta de Jorge Pardo y cajón flamenco —#ohwait: ¡peruano!— de Rubem Dantas, un brasileño aleonado que adoptó el instrumento durante un concierto en Lima de la cantautora Chabuca Granda, compositora de ‘La flor de la canela’, que se hacía acompañar por el cajonero Caitro Soto. Martirio es fan de Chabuca. Fue un placer charlar con ella, pero más lo fue hacerlo con Maribel.

Martes

Las palabras perdidas: en ‘Juan Belmonte, matador de toros’ (Libros del Asteroide), puede leerse el verbo ‘entrapajar’, o sea, envolver con trapos alguna parte del cuerpo herida o enferma. Cuando el pelo se te llena de polvo o mugre, se te entrapa.

Miércoles

Tengo ganas de ir a un concierto de Pablo Und Destruktion. Lo vi hace meses en el Café Berlín, acompañado por el guitarrista Agustín Castilla-Ávila, cuando todavía estaba probando ‘Por todo el fuego’, un monólogo pasado de rosca de difícil clasificación —en el saco de la ‘spoken word’ cabe todo, claro—. Esta frase de Limónov, desde Asturias al infierno viene al pelo para describir aquella actuación: “Donde vivo yo, hay odio y hay grisú”.

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