Pontevedra baila

«Sabedes que ocurriu o 29 de abril de 1927? Pois que naceu Jean Georges Noverre», explicaba Maite Quiñones en la Alameda. Ésa es la razón por la que ayer se celebraba el Día de la Danza en todo el mundo. Y por eso en Pontevedra algo más de un centenar de adolescentes tomaron la calle para hacer eso tan increiblemente subversivo: bailar.

«pero, que é a danza?» , se preguntaba ayer Maite Quiñones. «A danza é unha arte, unha forma de expresión liberadora onde cada persoa se expresa según é ou quere ser nese intre», decía. «Faina libre, respectuosa co que lle rodea, conscente de si mesma e de si mesma con respecto aos demais; independente, para a partir desa independencia que dá o dominio do propio corpo poder achegarse aos demais». Y terminaba: «É gozo, sacrificio, entrega, todo o que un ser humán ten dereito a ser por ser humán. É dignidade».

Pontevedra celebró ayer, por segundo año consecutivo, el Día Mundial de la Danza de la mano de siete escuelas de la provincia: Déborah y Taekanart (Pontevedra), La Saleta (Meis), Perla de Arosa (Vilagarcía), Maite Quiñones (Cangas), y Bambalina y Hannelore (Vigo). Entre todas reunieron a más de un centenar de bailarinas y bailarines para realizar una exhibición coreográfica en la Avenida Montero Ríos de la capital de la provincia.

«Estamos muy contentos con cómo ha ido todo», comentaba ayer, al finalizar el espectáculo, Déborah Alfaya. «Hemos reunido a más público que el año pasado y yo diría que hemos casi asegurado una tercera edición de la fiesta». El plan de las escuelas pasa por ir incrementando las actividades. «Sería fantástico poder ampliar la propuesta y ofrecer baile en la calle a lo largo de todo el día o algo parecido. Ojalá».

La celebración de ayer comenzó con una clase abierta al público de Roser Garrigues. «Aunque la hora quizás no era la más apropiada, las tres de la tarde, consiguió congregar a un grupo de gente y llenamos la tarima», explica Alfaya.

A las cinco de la tarde, Maite Quiñones dio lectura a un manifiesto donde se recordaba el origen de la fiesta (el nacimiento del coreógrafo Jean Georges Noverre) y reivindicaba la importancia de la danza en la sociedad actual. «O acto de hoxe será un acto reivindicativo, pero non nos queixaremos», decía. «Non nos queixaremos do pouco recoñecemento dado á danza na educación e formación. Non nos queixaremos do escaso espazo que segue a ter a danza coma arte escénica e na cultura. Non nos queixaremos da pouca credibilidade que se lle da á danza como medio terapéutico para axudar na solución de problemas sociais, físicos ou psíquicos. Non. Hoxe imos trasladar as aulas e escenarios á rúa e convidar a quen queira a vivir con nós a danza. Porque para nós é vida».

Al finalizar Quiñones la lectura del manifiesto se realizó una exhibición de ejercicios de ballet clásico, «propios de clases de danza», para después continuar con una serie de coreografías de diversos estilos, «que iban del ballet clásico al jazz pasando por el lírico el hip hop y el contemporáneo», cuenta Déborah Alfaya. «El objetivo era reivindicar la danza en sí, reclamar más apoyo institucional para desenvolver nuestro trabajo y, sobre todo, permitirle a las alumnas, que trabajan con tanta ilusión, acercar sus coreografías al público».

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