Pontevedra, ciudad lomográfica

''¡El futuro es analógico!'' repite contundente Nacho Martínez-Almeida. Es uno de los lemas de la lomografía, un tipo de fotografía que se hace con unas cámaras de origen soviético, las Lomos, que tienen unas gafas muy particulares, ''que resulta que producen imágenes llenas de lo que los puristas y académicos consideran ‘errores': saturación excesiva de los colores, alto contraste, viñeteados... cosas así'', segue explicando este pontevedrés aficionado a la lomografía.

''Lo que a mí me atrae es el aspecto lúdico de la fotografía, la toma de imágenes como juego, en el que el azar, las casualidades y las limitaciones de las cámaras forman parte del proceso''', cuenta. ''El mundo digital está muy bien. Es cómodo, rápido y está al alcance de todo el mundo. No tengo nada en contra de las cámaras digitales; de hecho yo mismo tengo una réflex digital y un par de compactas. Pero sí puedo decir que no me interesan en absoluto las fotografías digitales retocadas hasta que parecen pinturas''.

(Más información en nuestra edición impresa del 1 de abril).

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