Pontevedra y otros siete concellos de la ría están a punto de colocar en el mercado una nueva marca de vino con esencia única y nombre propio.
Los caldos tendrán la denominación genérica de Ribeiras do Morrazo y podrán ser comercializados gracias a la aprobación de la Indicación Xeográfica Protexida (IXP) que solicitaron los viticultores beneficiarios para los concellos de Pontevedra, Vilaboa, Poio, Marín, Bueu, Cangas, Moaña y Redondela. En la actualidad solo hay otras tres indicaciones de estas características en Galicia, localizadas en Betanzos, Ourense y A Barbanza e Iria Flavia, y aunque no todas han llegado a buen puerto, algunas han funcionado como antesala a la aprobación de una Denominación de Orixe, la primera división de los vinos.
El punto de partida incluye a unos 600 viticultores y a tres bodegas que ya están elaborando caldos perfectamente amoldables a los criterios de la marca: Os Areeiros (Vilaboa), Adega Ardán (Marín) y Reboraina (Redondela).
La previsión de los promotores es que la próxima vendimia ya se pueda hacer al amparo de la nueva indicación y que, por tanto, se pueda elaborar vino de la marca a partir de septiembre. El etiquetado y la comercialización llegará a principios o mediados de 2017, todo depende del proceso de producción que realice cada viticultor y del tiempo que permanezcan los caldos en barricas hasta pasar a la fase de embotellado.
Ahora mismo la aprobación de la IXP está pendiente de la resolución del plazo de alegaciones abierto a raíz de la solicitud de registro del distintivo. Posteriormente, el expediente será trasladado al Ministerio de Agricultura y, casi acto seguido, a la Comisión Europea para que proceda a la aprobación definitiva.
Su puesta en marcha permitirá poner fin a una histórica batalla de viticultores de las comarcas de Pontevedra y O Morrazo. Primero por entrar en la Denominación de Orixe Rías Baixas y posteriormente, cuando se hartaron de obtener el no por respuesta, por la aprobación de una Indicación Xeográfica Protexida propia.
BENEFICIOS MÚLTIPLES. El estado del proyecto es tan inicial, que los promotores carecen de previsiones sobre el retorno que puede generar la marca Ribeiras do Morrazo en su entorno. No obstante, existe pleno consenso a la hora de señalar que los beneficios de la indicación serán importantes y múltiples, empezando por la creación de empleo y la generación de riqueza en unos viñedos hasta ahora denostados.
A nivel local, el portavoz de los furancheiros de Pontevedra, José María Cortizo, cree que el distintivo implicará un paso de gigante para todos los cosecheros del municipio. Sobre todo, porque podrán vender con etiqueta la producción que hasta ahora se despachaba en furanchos o como vino de mesa. "Somos moitos produtores e por fin deixarannos vender o viño baixo o paraugas dunha marca", señaló este miércoles.
El presidente de la Asociación Galega de Viticultura, Roberto Rivas, destaca la apertura de una nueva etapa para unos viticultores condenados a trabajar en segundas categorías: "Por fin se acaba coa inxustiza nestas zonas produtoras. Polo menos agora os viticultores que quieran facer algo, terán unha porta aberta". Además, destacó efectos colaterales de la Indicación Xeográfica Protexida como, por ejemplo, la celebración de la Mostra do Viño de Vilaboa (que acaba de celebrar su quinta edición) o la reanudación de la feria Tinta Femia de Bueu.
ESENCIA. Antonio Portela, miembro de la Asociación Gallega de Sumilleres, está convencido de que Ribeiras do Morrazo "tiene mucho futuro". En primer lugar porque los caldos que se elaboran en Pontevedra y O Morrazo tienen "una identidad muy acusada que no hay en ningún otro lugar de Galicia". En segundo lugar, porque las vides están ubicadas en un marco paisajístico incomparable y "cerca del 40% del atractivo que tiene fuera un vino se corresponde con la imagen visual". "El enoturismo es un valor trascendental para promover vinos y aquí tenemos ría, las islas Cíes, playas...". El único temor del sumiller es que la indicación caiga en malos hábitos y que los vinos que ahora mismo destacan por su espíritu propio terminen como caldos uniformes. "Es muy importante preservar su autenticidad (...) No hay que caer en la trampa de intentar ser amables", sentenció el sumiller.
La IXP admite distintos tipos de uva en Pontevedra y O Morrazo. Para los vinos blancos contempla las variedades albariño, caíño blanco, godello, loureira, treixadura, blanco legítimo y torrontés. Para los tintos, con las variedades de brancellado, caíño tinto, pedral, espadeiro, loureiro tinto, mencía y sousón.
