La creación de puestos de trabajo con fecha de caducidad ha comido terreno a la generación de empleo fijo en toda España durante la crisis y ninguna de las siete principales ciudades gallegas ha logrado ser una excepción.
Con todo, el peso de la temporalidad varía considerablemente de unas a otras. Lugo y Ferrol son las urbes con un mercado laboral menos lastrado por este fenómeno, al registrar las ratios más bajas de asalariados con contratos eventuales en relación al total: 20 y 20,7%, respectivamente.
Tasas que, aún con todo, son elevadas y revelan que dos de cada diez ocupados tienen un contrato con una duración determinada, una proporción que alcanza a casi tres de cada cien personas con una nómina en Santiago y Pontevedra. Son, por ese orden, los dos grandes municipios con la proporción más reducida de empleos indefinidos. En la capital gallega, el 28% de los trabajadores tienen un acuerdo temporal con la empresa, el 26,9% en la ciudad del Lérez. En medio están Vigo, A Coruña y Ourense, con tasas que se mueven entre el 22,4 y 24%.
La contratación temporal es la protagonista de una recuperación del mercado laboral empañada por la precariedad
Esta radiografía se desprende de los datos que el Instituto Galego de Estadística (Ige) extrae de la encuesta de población activa (Epa) del primer trimestre del año, que sitúan a Pontevedra entre los concellos, de los siete analizados, con menor presencia del trabajo fijo. De los 27.100 asalariados que contabilizaba a cierre de marzo, 19.800 eran indefinidos, el 73%.
Ese proporción ha bajado ligeramente en los últimos años porque la gran mayoría de los puestos de trabajo generados durante la crisis nacieron con fecha de caducidad. De hecho, la contratación temporal es la protagonista de una recuperación del mercado laboral empañada por la precariedad.
PARO. En cuanto a otra lacra, la del desempleo, la urbe que sale mejor parada vuelve a ser Lugo, al tener la tasa de paro más baja. Al terminar el primer trimestre estaba sin trabajo en la ciudad el 14,9% de la población activa. Esta ratio oscila entre el 16 y 17% en Santiago, A Coruña y Ourense, mientras en Pontevedra alcanza el 18,2% y en Vigo llega al 18,7%.
El peor comportamiento corresponde a Ferrol, donde algo más de la cuarta parte de las personas en edad y disposición de trabajar -el 25,4%- están desocupadas. La decadencia del naval tiene su reflejo en cifras como esta o la tasa de ocupación, la más baja entre los grandes municipios gallegos con un 34,2%.
En el lado opuesto están Santiago y Lugo, donde algo más de la mitad de la población activa está insertada, con ratios del 54 y 50,6%.
OTROS PERFILES. La cifra de ocupados la integran, además de los asalariados, los empresarios y trabajadores independientes, aquellos que no están vinculados a una firma mediante un contrato de trabajo, sino que prestan servicios durante un período de tiempo determinado a cambio de una remuneración.
Ambos perfiles sumaban 6.400 personas en Pontevedra a cierre de marzo, 1.800 más que hace ocho años.
