Pontevedra sigue siendo de carrete

Miguel Rózpide delante de algunas de sus fotografías. rafa fariña
photo_camera Miguel Rózpide delante de algunas de sus fotografías. rafa fariña

PONTEVEDRA. ‘Ciudad y ciudadanos’ «o cómo disfrutar de Pontevedra a través de un punto de vista diferente».

Bajo este título, el pontevedrés Miguel Rózpide Pazó, de 16 años, presenta una colección de diez instantáneas en color y en blanco y negro que tiene expuestas, desde hace una semana, en las paredes del Café Savoy (Praza da Ferrería).

Es la primera vez que sus fotografías se muestran en un lugar público que no sea a través de algún espacio web, pues el estudiante del IES Valle Inclán ya ha ganado varios concursos «sobre Galicia» convocados a través de la red social Instagram. Precisamente, esta oportunidad que le han dado los propietarios del emblemático café pontevedrés le ha servido a Miguel Rózpide para seguir haciendo realidad su sueño de compartir su trabajo con toda la gente posible. «En estos días he hablado con personas a las que les han interesado mis fotografías y ya estoy cerrando otras exposiciones, tanto en una galería como en una tienda de ropa vintage».

A pesar de su juventud, Rózpide suele huir de la técnica digital para inmortalizar los lugares y las personas que, según su criterio, merecen la pena ser retratados. Las diez instantáneas de ‘Ciudad y ciudadanos’ fueron realizadas con una cámara del año 1967 «que adquirí en un rastrillo hace ya bastante tiempo. También uso mucho una que heredé de mi padre, de 1985».

Para el joven «hacer una foto y no saber si ha salido bien o mal, el sonido del carrete o el revelado» solo son algunas de las cosas que hacen que anteponga el objetivo antiguo a un aparato digital.

Aunque todavía no tiene muy claro su futuro profesional, «o biólogo o publicista», Miguel asegura que, vaya donde vaya, nunca se olvidará la cámara en casa «porque siempre te encuentras rincones que mercen ser eternos».

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