PONTE CALDELAS. La Consellería de Medio Rural declaró ayer oficialmente controlado el incendio de Barbudo, en Ponte Caldelas, en donde se mantuvieron durante todo el día los dispositivos de extinción para evitar repuntes en zonas sensibles en las que el fuego no llegó a incidir, como el núcleo de Rebordelo. Allí, tres de los cuatro flancos del pueblo estaban amenazados por repuntes y la localidad de A Esfarrapada, según fuentes municipales, vio también como resurgían las llamas en la madrugada. En Pazos los efectivos se concentraron en tratar de mantener la zona del vivero a resguardo de las llamas.
A pesar de que en toda la jornada no llovió, las suaves temperaturas registradas durante el día permitieron cierta tranquilidad al operativo de profesionales y a los vecinos de las zonas más próximas al monte quemado.
A falta de que las tareas para enfriar la zona permitan declarar extinguido totalmente este fuego, la jornada se prstó ya a las primeras valoraciones. Un fuego que en menos de 24 horas quemó la décima parte de la superficie del municipio y dejó totalmente sin monte comunal a varias de las parroquias afectadas puede considerarse un gran incendio.
Pero, después de que en 2006 se quemasen en este municipio unas 4.000 hectáreas y las comunidades y autoridades anunciasen a bombo y platillo que se tomarían nuevas medidas de protección, muchos se preguntan por qué se repite la historia. ¿Están fracasando los cambios propuestos en 2006? ¿Existe alguna causa subyacente en estos incendios que, según algunas fuentes del sector son provocados "ata no 90% dos casos"? ¿Qué pasó en Castro Barbudo?
Como en 2006
Fuentes bien informadas y vinculadas con la extinción de este fuego en concreto afirman que en el caso de Barbudo el monte fue pasto de las llamas con una voracidad nunca vista por los profesionales. "Algo así tan só se dera en 2006". Las circunstancias que se unieron a las 20.30 horas, en los primeros minutos de vida de las llamas, fueron varias. La principal de ellas, según estas fuentes, que el fuego fue provocado y calculado: Hay antecedentes de conatos de incendio similares en la zona que fracasaron, el lugar es impracticable y está poblado de una especie invasora, la acacia. La hora del incendio (con varios focos), invita a pensar en que el o los autores sabían que en ese momento no podrían actuar ya los medios aéreos ni los terrestres, habida cuenta de la dispersión de medios que están generando los incendios de Ourense en estas fechas.
"Os cálculos de quen o provocou ao mellor non eran eses. Igual só querían desfacerse da acacia para poder usar ese monte, se non para caza ou para repoboar, para algo, xa que tal e como estaba non se podía nin andar por el nin meter maquinaria", comentan.
"O que parece claro é que a cousa, co estado de sequedade, cun vento duns 40 quilómetros por hora e o espesor do bosque que ardeu, se lles foi das mans. En cuestión de pouco tempo as faíscas comezaron a saír voando e apareceron focos secundarios sempre por diante do principal. Todo o que caía no chan, coa calor que se creou, prendía. Así en Barbudo se xerou semellante pavor. E menos mal que só pasou o que pasou. Unha desas pavesas ao entrar nunha casa pola fiestra tamén podería ter prendido, e o pobo non ten accesos para pasar os Bombeiros", explican.
