'Franky' cambió sus huellas

Portugal, Marruecos y Sudamércia, los escondites

Los narcotraficantes hacen uso de su poder económico para eludir controles y atravesar fronteras sin infundir sospechas

El rastreo de las personas que se han dedicado al narcotráfico durante años es una misión muy difícil para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. 

Los pasos que se siguen comienzan por las citaciones para el ingreso en prisión (en el caso de los que, como los citados Irajo, Cencerrado, Martí, Varela y Saro, ya han sido condenados). Cuando se considera acreditado que no piensan presentarse en el centro penitenciario correspondiente, el juez dicta la orden de búsqueda y detención, que, según los casos, puede tener dimensión nacional (por lo que sus datos llegarían a manos de todos los destacamentos de la Policía y de la Guardia Civil de España) o bien, cuando se tienen sospechas de que puede haber huido al extranjero, internacional.

En ese caso entran en acción los servicios de cooperación internacional, que cuentan con oficinas en toda Europa (si la orden la gestiona Europol) y en hasta 190 países del mundo (cuando la orden la tramita Interpol).

Las fichas policiales, con los documentos de identidad, los pasaportes y las fotografías, son puestas a disposición de los servicios centrales de Europol y de Interpol, que a su vez los remiten a las policías de cada uno de los países. Ellas son las que tienen la competencia para investigar y, llegado el caso, detener a los sospechosos. 

La mayor dificultad con la que se enfrentan las autoridades policiales a la hora de detener a los narcotraficantes radica en que disponen de un gran poder económico que no infunde sospecha

La mayor dificultad con la que se enfrentan las autoridades policiales a la hora de detener a los narcotraficantes radica en que disponen de un gran poder económico (acumulado durante años en el lucrativo negocio) que no infunde sospechas, pues se trata de dinero negro. Con ello no tienen dificultades para hacerse con identidades falsas, pasaportes incluidos, ni tampoco, llegado el caso, para sobornar a personas relacionadas con las aduanas en diferentes lugares. 

Por otra parte, en la gran mayoría de los casos disponen de contactos en Portugal y en Marruecos (sus destinos preferidos) y también en Sudamérica y Centroamérica, a través de sus enlaces en las operaciones de narcotransporte. Todo ello les da facilidades a la hora de establecerse allí, lejos del alcance de las autoridades. 

En ocasiones (especialmente cuando pasan los años), los narcos cometen un error que les lleva ante la Justicia. Dos casos recientes, ambos relacionados con la operación Nécora, fueron los de Franky San Millán y Antonio Castellano. Ambos optaron por quedarse en España empleando distintas estrategias para ocultarse. Castellano se casó con una mujer de nacionalidad sueca y se sometió a una operación de cirugía estética en Sudamérica antes de volver a España. Fue detenido con una identidad falsa tres meses antes de que su delito prescribiese.

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