PSA justifica un despido por una desobediencia que suponía un ''riesgo potencial''

La fábrica de PSA Vigo justifica el despido de Francisco Alonso, uno de los dos operarios de la fábrica afiliados a la CIG por quienes varios compañeros protagonizaron este verano una huelga de hambre, en una omisión "inexplicable" de una operación "crítica de seguridad" que tenía encomendada.

Durante la celebración del juicio por supuesto despido improcedente en el Juzgado de lo Social 5 de Vigo, el abogado de la compañía ha detallado que la causa del despido fue que este trabajador dejó de marcar los retenedores de las pastillas de frenos que previamente tenía que revisar. Luego, cuando sus superiores le ordenaron que volviera a cumplir el protocolo que venía siguiendo desde hacía seis meses, se negó, hasta que, pasadas seis horas de ser apercibido de las consecuencias de su desobediencia, "lo persuadieron" y acabó abandonando esta actitud. La cual, enfatiza el abogado de la empresa, suponía un "riesgo potencial" para futuros clientes y supuso que la compañía tuviera que revisar posteriormente el sistema de frenado de más de 3.200 coches que tenía preparados para su distribución.

El abogado del demandante ha contrapuesto que su cliente tomó "un atajo" para poder hacer todas las labores de control encomendadas por razones de "sobrecarga", pues las tenía que realizar en cuestión de "centésimas". También ha recalcado que ninguno de los vehículos revisados por el sistema de calidad de la fábrica carecían de dicha pieza ni presentaba defectos en la misma.

Denuncia, además, que antes de proceder al despido, la dirección de PSA Vigo no impuso ninguna amonestación ni sanción, con arreglo al reglamento de régimen interior que venía aplicando desde su aprobación en 1972, independientemente de lo que estipule el código de conducta laboral del convenio del metal.

El representante legal de la fábrica viguesa ha reseñado que este trabajador "no es quién para decidir qué se hace y qué no", por cuanto la empresa es "la última responsable" de cumplir los requisitos y parámetros de seguridad ante un eventual accidente originado por un error mecánico. Ha insistido en que la actitud de Francisco Alonso es intolerable, ya que supone una "desobediencia grave y reiterada" ante las órdenes de sus superiores.


Por otra parte, un delegado de la CIG en el comité de PSA Vigo ha corroborado la dificultad de que el operario despedido pudiera cumplimentar todas las funciones encomendadas, para las que tenía 79 segundos por vehículo para un total de 324 por jornada. Y ha hecho hincapié en que varias centrales, no sólo la suya, habían presentado antes de que fueran despedidos Francisco Alonso y David Álvarez, cuyo juicio se celebrará el próximo mes de enero, varias reclamaciones por los "importantes cambios" en el reparto de funciones.

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