«Púxenme en pé e o primeiro que fixen foi preguntar se había mortos. Despois, caín»

José Benjamín Muíños, ayer en Pontevedra. Necesita un bastón y tampoco puede conducir desde el accidente. J. CERVERA
photo_camera José Benjamín Muíños, ayer en Pontevedra. Necesita un bastón y tampoco puede conducir desde el accidente. J. CERVERA

«Non quería contar nada. Non podo falar porque non se sabe aínda o que pasará». Con esta frase inicia José Benjamín Muíños Cal, Pepe, su breve conversación (una de las pocas concedidas a los medios) sobre su imputación por tres presuntos delitos de lesiones y uno de daños que la Guardia Civil le atribuye por las explosiones de fuegos artificiales en la procesión de San Cristóbal de A Lama, el pasado 12 de julio, y que se debieron, según la investigación, a una negligencia suya.

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