"Cuando hubo que coger el fusil contra Somoza, lo hicimos igual que los hombres"

"Queremos dejar de estar tuteladas por los estados, las iglesias y los hombres"

Trabaja junto a las mujeres de Nicaragua -y de todo el mundo- para conseguir acabar con lacras como la violencia contra las mujeres, los embarazos no deseados, la desigualdad en el trabajo o las tutelas de estados y religiones. El objetivo, desterrar el machismo de la sociedad para ser todos más felices
Haydée Castillo
photo_camera Haydée Castillo

La activista feminista, que reivindica derechos para las mujeres en Nicaragua, ofreció el lunes una conferencia en la tienda de comercio justo de Solidariedade Internacional de Pontevedra para hablar del feminismo en Centroamérica

¿Cuáles son las principales reivindicaciones de las mujeres en su país?

Hay muchísimas que son las mismas que las de las mujeres de España. En nuestro caso, una de las principales reivindicaciones es la del derecho al aborto o, mejor dicho, el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo. Queremos dejar de estar tuteladas por los estados, las iglesias y los hombres. Todo el mundo quiere tutelar a las mujeres. Otra reivindicación muy importante es poder vivir sin violencia, porque estamos muy preocupadas por el incremento de los feminicidios. No es solo eso, sino la saña con la que se está haciendo, algo que tiene que ver con un Gobierno misógino, el de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Lo hemos visto desde que llegaron al poder. Queremos también que las niñas puedan vivir su niñez. Nicaragua tiene la estadística más alta de embarazos en la adolescencia, lo que quiere decir que las niñas son violadas y se quedan embarazadas. Además, el Gobierno les obliga a tener a ese hijo.

Izquierda "La izquierda en el mundo está llena de retórica sobre la igualdad, pero en la práctica falla" 

¿El aborto no es legal bajo ningún concepto?

No. Hace 170 años, cuando se produjo la primera revolución liberal en Nicaragua, se había conseguido legalizar el aborto terapéutico, pero con la llegada de Ortega, supuestamente de un partido de izquierdas como el Frente Sandinista de Liberación Nacional, lo primero que se hizo fue negociar sobre el cuerpo de las mujeres y penalizar el aborto a cambio de un respaldo de la Iglesia Católica y su jerarquía para retornar al poder.

¿Entonces la idea de que la izquierda está más próxima al feminismo es mentira?

Esa relación no se da ni en Nicaragua ni en muchos otros lugares. La izquierda en el mundo está llena de retórica, pero en la práctica falla: se habla de lenguaje no sexista, de hablar en femenino.... Para nosotras, un partido de izquierda que comprende los derechos de las mujeres tiene que reivindicar el derecho a decidir. Tenemos que construir estados laicos. En nuestro caso, Nicaragua es laica porque fue una petición de la revolución, pero en la realidad no es así. Otro aspecto importante que debería reivindicar la izquierda tiene que ver con la economía del cuidado. El mundo va por un mal camino en lo que tiene que ver con un modelo extractivo y depredador, con la naturaleza y las mujeres. Cuesta que los partidos -de derecha y de izquierda- comprendan por qué reclamamos nuestros derechos cuando deberían ser reivindicaciones de quien dice representarnos.

Violencia "En cualquier parte del mundo, las mujeres tenemos derecho a que el Estado vele por nosotras y nuestra seguridad"

¿Se sienten traicionadas?

Sí, eso es lo que sentimos. A nosotras nunca nos han regalado nada. En vez de avanzar, con este Gobierno hemos retrocedido, pero seguimos pensando que la lucha es justa y necesaria. En cualquier parte del mundo las mujeres tenemos el derecho de que el Estado vele por nosotras y por nuestra seguridad. Al igual que tenemos derecho a tener el mismo salario que nuestros compañeros hombres o a que los hombres se sumen también a la economía de los cuidados y que no sea solo tarea nuestra. En definitiva, tenemos derecho a tener una vida plena y en libertad y disfrutar del ocio como lo hacen los hombres. Nuestras reivindicaciones siguen estando vigentes.

Además, son las mismas que las de las feministas de cualquier otro lugar del mundo. ¿De qué puede servir que se tejan alianzas entre las mujeres de diferentes partes del mundo?

Las necesidades siguen siendo las mismas en Galicia que en Nicaragua, El Salvador, Honduras... Según mi conocimiento, en España también hay un índice notable de feminicidios. La violencia contra las mujeres se repite en todo el mundo y la equidad en el trabajo no es real. Con la crisis, las mujeres son las primeras en perder el empleo. Debemos construir una unidad transatlántica para sentirnos unidas y acompañadas en nuestras reivindicaciones. Por eso es muy importante que se celebren actos como el de hoy (por el lunes). En Solidaridad Internacional sentimos que luchamos juntas por el empoderamiento económico, social y político de las mujeres en todo el mundo. Mi organización en Nicaragua, el Movimiento de Mujeres Segovianas, tiene un trabajo conjunto con la Universidade de A Coruña en un proyecto de liderazgo. Además, invitamos a la juventud gallega a seguir trabajando por la solidaridad. Porque la felicidad también depende de que el otro sea feliz también y a veces unos tienen demasiado y otros no tienen nada.

¿El acceso de mujeres a puestos de poder político puede ayudar a este fin o no necesariamente?

Depende. Es importante que lleguen a esos puestos las mujeres que tienen una conciencia de género. Yo puedo ser alcaldesa o diputada, pero si actúo de igual manera que los machos no estoy cambiando nada. Hay hombres y mujeres que tienen claros cuáles son los desafíos de las mujeres para lograr un empoderamiento real. Por eso, cuando hablamos de acceso a los puestos de representación pública, hablamos de personas, tanto hombres como mujeres, que no se llenan la boca solo con un discurso, sino que tienen una práctica individual en su vida cotidiana respetuosa con las mujeres y que se lleva a la vida pública.

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