CALDAS. Cada renglón, cada una de sus palabras, condensa una gran carga emotiva. Puede ser fácil o no de leer. A menudo provoca que sus lectores sean perezosos y los arrastra a comerse las vocales o a fusionarlas en una sola sílaba. El renglón puede ser de siete, de ocho, de diez o de doce. A veces sus vocales y consonantes se ponen de acuerdo para componer una melodía con la línea que sigue, otras no hacen ese esfuerzo. Aportar una definición genérica del término ‘poesía’ es un atrevimiento, porque para cada uno de sus amantes esconde diferentes connotaciones.
La localidad de Caldas de Reis no quiso dejar que los vecinos se olvidaran de que ayer era el Día Internacional de la Poesía. La Biblioteca municipal fue la encargada de liberar los versos de sus estanterías para que recorrieran los puestos de la Praza de Abastos, y es que, en colaboración con los placeros, llevó a cabo una actividad cultural para conmemorar el día de los versos. Quesos, chuletas, patatas, lechugas, tomates, pescado, peras, manzanas,… fueron algunos de los productos que se repartieron entre los clientes del mercado, pero en papel y en forma de poemas.
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