La Fiscalía Provincial rebajó la pena por el delito de incendio que supuestamente cometió David G.M., tras conocer la opinión de los médicos forenses, que aseguraron que, entre otras patologías, sufre un "gran deterioro cognitivo" que le supone una "merma importante" en sus capacidades mentales. Por ello, el Ministerio Público le aplicó una eximente incompleta, lo que, unido a que consideró el fuego provocado "de menor entidad", conllevó una importante rebaja de la petición de pena por el citado incendio, fijándola en cuatro años y diez meses de cárcel.
La fiscal del caso mantuvo, eso sí, la petición inicial por el quebrantamiento de la orden de alejamiento (el acusado vivía con su pareja pese a conocer una sentencia que se lo impedía) y fijó en cuatro meses la solicitud de prisión por un delito de coacciones.
La pareja se había conocido en un centro psiquiátrico y ambos eran adictos a la cocaína y a los opiáceos, según reconoció el procesado
La vista oral se inició con el testimonio del investigado, que reconoció haber sido el causante del incendio que se inició el 1 de mayo de 2015 en el cuarto de baño del piso en el que residía junto a su compañera sentimental, en la calle Travesía de Vigo. Sin embargo, su versión de los hechos fue diferente, pues indicó que las ropas y el resto de enseres que sirvieron de combustible no eran de su pareja, sino "de la chica a la que teníamos alquilada una habitación" con la que, según él, mantenía malas relaciones. El procesado señaló que durante toda la jornada había estado consumiendo sustancias estupefacientes (heroína y cocaína) junto a su pareja, y que estaba bajo los efectos de las sustancias cuando sucedieron los hechos. El acusado también dijo que fue él quien apagó el fuego "con la ducha del baño", un argumento que fue desmontado después por los vecinos, que aseguraron que los Bomberos fueron los que resolvieron la emergencia.
Los testigos de lo ocurrido señalaron que escucharon una discusión entre la pareja, algo "habitual" en aquel lugar. Tanto ellos como los policías que acudieron allí confirmaron que el procesado reconocía que acababa de provocar el incendio y que se mostraba muy alterado "diciendo que iba a quemar el edificio entero".
La madre de la dueña del piso (que no compareció en el juicio) aseguró que la ropa y los zapatos que se quemaron eran de su hija, echando por tierra así el argumento del acusado en el que indicaba que eran de una tercera persona.
Los forenses, por último, confirmaron el "importante deterioro cognitivo" del encausado, motivado por su consumo de drogas de abuso "desde los 16 años". Señalaron, además, que padece un "trastorno de la personalidad límite".
La fiscal pidió para él una futura libertad vigilada y su sometimiento a tratamiento.
