Ruiz-Mateos, el timo de la estampita

Tras la irrupción del empresario en la factoría de Clesa de Caldas de Reis llegó la orden de colgar cuadros de la Virgen del Perpetuo Socorro en todas las plantas. "Ellos, que son tan creyentes, tienen el infierno ganado", dice la presidenta del comité de empresa, Lola Ramos
José María Ruiz-Mateos durante una visita realizada a la factoría de Caldas de Reis en el año 2011
photo_camera José María Ruiz-Mateos durante una visita realizada a la factoría de Caldas de Reis en el año 2011

El icono original de la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro se encuentra en una está iglesia de Roma. El icono, pintado sobre madera, la muestra con el niño Jesús, a que dos ángeles le muestran los instrumentos que serán empleados en de su futura pasión mientras agarra fuertemente con las dos manos a su madre, que lo sostiene en sus brazos.

El cuadro procede la isla de Creta, en el mar Egeo, y una serie de reproducciones del mismo llegaron a la factoría de Clesa, en Caldas de Reis, después de que el grupo de empresas al que pertenecía fuese adquirido por José María Ruiz-Mateos. Ordenó que fuesen colgados en todas las plantas y algún directivo también lo hizo en su despacho.

Años después, cuando el comité de empresa negociaba con la dirección el cobro de los salarios atrasados y su familia había perdido el control de la empresa, José María Ruiz-Mateos regaló estampas de la virgen a los administradores concursales. Lo hizo después de una reunión tensa, en la que no habían podido participar cuando muchos acreedores asumían a los que les debía dinero.

Lola Ramos, la presidenta del comité de empresa, afirma que recibieron con ilusión la noticia de que Ruiz-Mateos se había hecho cargo de Clesa. "Las cosas estaban regular y nos hicieron creer que era una oportunidad buenísima. En un principio, le creímos, evidentemente".

"Yo fui escéptico desde el primer momento. Era un tema en el que veía poca seriedad y estaba rodeado de bastante oscurantismo", recuerda el alcalde de Caldas de Reis, Juan Manuel Rey. "Hasta que empezaron los problemas, creímos que venía con afán de salvar la empresa y en ningún momento llegué a pensar que su afán era machacar la vida de mucha gente", agrega Ramos.

NEGOCIACIONES. Durante el proceso de negociaciones, mientras la factoría caldense seguía formando parte del grupo de Clesa, Lola Ramos acudió en numerosas ocasiones a Madrid. Nunca llegó a encontrarse cara a cara con José María Ruiz-Mateos, pero tuvo enfrente a su hijo Álvaro.

"Tenía la misma actitud que el padre. Marcaba una directriz, trataba de venderte humo y se lo comprabas o se lo dejabas de comprar. Según ellos, todo iba bien y todo se iba a solucionar. Hasta que llegó el momento en el que no se les podía creer nada porque no cobrábamos", expone. "Parecía una familia clonada", añade Ramos.

Personalizando en el creador del grupo Rumasa, la presidente del comité de empresa reconoce que "tenía que ser un gran publicista porque fue capaz de engañar a un país entero dos veces y que muchos inversores depositaran, y perdieran , su dinero".

La factoría situada en Caldas de Reis es la única de Clesa que permanece abierta y para impedir su cierre sus trabajadores protagonizaron un combate que su alcalde, Juan Manuel Rey, considera ejemplar y digno de ser tenido en cuenta en tiempos de zozobra. "Contra el fatalismo, al mal tiempo hay que ponerle buena cara. Uno tiene que ponerle el pecho a las balas, y lo que llegue, llegará. La enseñanza que extraje de todo esto es que hay que intentarlo siempre".

El regidor asegura que "una de las cosas por las que me gustó hasta la fecha de estar en la política fue el trabajo realizado por toda la Corporación municipal para salvar Clesa. Todos los grupos empujaron en la misma dirección".

VIDAS ROTAS. Lola Ramos, que vivió la angustia de ver su futuro laboral en peligro, a la que se sumaba la derivada de ser la representante de sus compañeros, subraya que "por el camino se quedaron muchísimas vidas rotas de las que no podemos olvidarnos". La fábrica de Caldas de Reis tampoco es lo que era antes de la irrupción de José María Ruiz-Mateos. La plantilla, que entonces superaba de largo el centenar de empleados, hoy ronda los 70, puntualiza Rey. "Que hayamos salvado parte de los mueble son quiere decir que la situación sea óptima. La comarca se empobreció", reconoce.

El regidor participaba en una reunió del su partido, el PSOE, en Santiago cuando Ruiz-Mateos agredió al exministro de Economía, Miguel Boyer, después de que le fuese expropiada Rumasa. "Lo tomamos como la actuación de un histrión, un payaso en busca de notoriedad", recuerda.

"La recuerdo porque nos la pusieron hasta la saciedad y entonces me extrañó que se permitiese ese lujo. Supuse que algún motivo habría por haberle expropiado Rumasa y lo vi como una ciudadana más", expone Lola Ramos. "Gente como esa enmierda la política", dice al referirse a su pasado como eurodiputado. "Que los ciudadanos tengan claro que llegó con su votos, y no digitalmente", recomienda Rey.

Tras el fallecimiento de José María Ruiz-Mateos, que se produjo el día 7, a los 84 años, en el hospital Santa María del Puerto, de Cádiz, el regidor caldense hace público su respeto a la persona y sus críticas al personaje.

"Me da igual. Yo no le deseo la muerte a nadie. Considero que era unan persona indeseable y me resulta indiferente. Lo que hubiese querido es que pagasen todo lo que robaron", subraya Lola Ramos.

"Yo no soy creyente, pero poner las imágenes de la virgen me pareció una patochada". La presidenta del comité de empresa lamenta que la mayor parte de sus hijos sigan en libertad cuando mantiene que también ellos se beneficiaron de los negocios fraudulentos. "Lo llevarán en la conciencia si tienen una pizca, cosa de la que dudo. Ellos, que son tan creyentes, tienen el infierno ganado", vaticina.

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