Laureano Salgado, la luz del progreso en Galicia

El polifacético promotor de Caldas de Reis es el artífice de la electrificación de varios municipios de la provincia, y el primero de Galicia que contó con este servicio fue el suyo
Bendición de la sala de máquinas de la fábrica instalada en Segade, donde empezó el proceso de electrificación de Galicia
photo_camera Bendición de la sala de máquinas de la fábrica instalada en Segade, donde empezó el proceso de electrificación de Galicia

Paella de alta tensión, merluza frita a la dinamo, carne asada al transformador, flanes eléctricos, vino de 300 voltios, congnac con limitador, café de diez bujías y champagne reostato 20 plot es el menú que degustaron los comensales que participaron en una cena celebrada en el hotel La Palma, de Baiona.

Sucedió el 6 de noviembre de 1908. Festejaban la inauguración del servicio eléctrico. El homenajeado era un hombre de Caldas de Reis, Laureano Salgado. "En las abruptuosidades que enmarcan el salto de agua de Segade nació la electrificación de las industrias en Galicia", publicaba, años antes, Jaime Sola.

"Oyendo caer el agua en oleadas espumosas, concibió Salgado su plan para enviar las blancas crines de los caballos de espuma a conquistar para el progreso nuestras dormidas poblaciones", escribió en su hermosa crónica.

EL REY DE LOS SALTOS. Así como en Estados Unidos llaman rey del acero o del petróleo a aquellos empresarios que alcanzan más notoriedad en esas actividades, Sola mantuvo que a Salgado habría que denominarlo el rey de los saltos eléctricos.

Y no exageraba. El caldense puso en marcha la primera iniciativa hidroeléctrica de Galicia, en el año 1874, en Segade. La labor fue ingente. "Se ha pedido licencia al Sr. Arzobispo de la Diócesis de Santiago para que permita trabajar los días festivos a los obreros", publicaba el Diario de Pontevedra el día 7 de octubre de 1898.

Además de la limitación de medios, los vaticinios negativos, producto de la ignorancia y el temor ante lo desconocido, era otro obstáculo para que avanzase el progreso. "No piense el lector que la luz eléctrica fue una mejora bien recibida por todo el mundo. Al igual que con otros adelantos alcanzados por la humanidad, el de la luz tuvo también sus detractores", advierte Luis María Salgado Senz en un libro titulado Caldas de Reis, Los hermanos Salgado y M. Murgia, en el que se fundamenta este reportaje.

Algunos oftalmólogos pronosticaron que en las próximas generaciones se registrarían abundantes casos de ceguera, y en varias diócesis españolas se prohibió tajantemente que la luz permaneciese encendida en la misa durante la ceremonia de la consagración, por entender que se trataba de un elemento perturbador.

Pero era imposible cegar la vía del futuro abierta por Laureano Salgado. El día 28 de julio de 1898, el Diario de Pontevedra informaba de que "en breve se harán los trabajos para instalar la luz eléctrica en Caldas y Vilagarcía", y subrayaba que la fuerza motriz de la cascada de Segade procedía de una caída del agua desde 30 metros de altura.

Algunas previsiones no se cumplieron, como la de "un tranvía eléctrico desde la estación de ferrocarril de Caldas a Cuntis, para lo cual se están haciendo los estudios necesarios a fin de inaugurarlo cuando se abra a explotación el ferrocarril de Carril a Pontevedra".

A pesar de ello. No le faltaban razones a este medio para ensalzar la capacidad innovadora y emprendedora del polifacético caldense. "No necesitamos decir que el principal iniciador, por no decir el único, es el señor Salgado, de Caldas de Reyes, al cual tanto y tan continuados beneficios debe aquella región", publicó entonces el Diario de Pontevedra.

Los saltos de Oitavén (Fornelos de Montes), Rebordelo (Cotobade), Pego Negro (Gondomar), Aranza (Soutomaior) y Ponte Inferno, en el río Verdugo, también llevan su firma, al igual que la Central Hidroeléctrica de Noia, cuyo edificio fue diseñado por el prestigioso arquitecto Antonio Palacios.

INAUGURACIÓN. El alumbrado de Caldas de Reis fue inaugurado en el mes de septiembre del año 1899 y, a continuación, contaron con este servicio en Carril, Vilagarcía, Cambados, Padrón, Valga, Vilaxoán, Vilanova, Pontecesures y otras localidades del su entorno. Poco después llegó hasta la isla de A Toxa.

El tendido quedó fijado sobre postes de pino inyectados con sulfato de cobre para retrasar su deterioro. Electra Segad fue la empresa que lo hizo posible, y Salgado contó en ellas con el suizo Ernesto Presser y el aragonés Nicolás Palacios como socios.

El desarrollo era imparable. El 1 de abril del año 1910 se inauguraba el alumbrado eléctrico en Cangas. En O Porriño el proyecto data de 1890, pero no fue hasta 1902 cuando firmaron Salgado y el Concello el acuerdo que lo hizo posible. Mondariz, y una parte de los domicilios e industrias de Vigo también utilizaron la red instalada por el caldense.

Pontevedra y Redondela también figuran en el mapa de las instalaciones eléctricas de Laureano Salgado, que amplió su radio de acción solicitando a la Dirección General de Obras Públicas la concesión del primer tranvía urbano en Vigo. Logró su objetivo en 1907, pero no llegó a ejecutar este proyecto porque transfirió sus derechos a la empresa Societé Anónime des Tranways de la Galice.

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