Santomé recolecta este fin de semana las manzanas para la Festa da Sidra

MARÍN. Santomé de Piñeiro, la parroquia más rural de Marín, permite al visitante acercarse a la tranquilidad, el sosiego y a las tradiciones relacionadas con el campo. Una de ellas, que a punto estuvo de no llevarse a cabo este año, es la Festa da Mazá e da Sidra, que se celebrará el próximo fin de semana.

Se trata de una de las zonas con mayor y mejor producción de manzanas de Galicia, exportando grandes cantidades de esta fruta a empresas elaboradoras de sidra de Asturias. Desde hace 15 años los vecinos del lugar organizan la fiesta para exaltar el principal producto que caracteriza a la parroquia.

La comisión organizadora y un buen número de colaboradores trabajan este fin de semana para recoger las manzanas necesarias para la elaboración de la sidra que se venderá el próximo fin de semana en el entorno del campo de fútbol.

El objetivo es llegar a los 200 sacos y unos 5.000 kilos de este producto, con los que elaborar alrededor de 4.000 litros de sidra. Para ello, el trabajo comenzó el pasado viernes por la tarde, siguió ayer y finalizará hoy.

La jornada de ayer, en todo caso, fue la que más personas reunió y se convirtió, una vez más en un día especial, de convivencia, en el que no faltó una comida en grupo. Las tareas comenzaron a primera hora de la mañana. Una red de forma circular con unos 20 metros de diámetro y un corte que permite rodear completamente cada árbol es situada en el suelo y sujetada en todo su perímetro por el personal.

«É como pescar mazás», bromeaba uno de los participantes, siempre atentos para no recibir un golpe con la caída de la fruta. De todos modos, las manzanas no caen del cielo, ni tampoco del árbol, de forma voluntaria. Varios componentes de la cuadrilla ayudándose de largas varas o subiendo a lo alto de cada manzano mueven las ramas y ‘obligan’ a cada pieza de fruta a aterrizar sobre la red. Cuando el árbol queda sin apenas manzanas, se cierra el aparejo y el resto de voluntarios recogen la fruta, que finalmente acaba en sacos sobre un tractor que las lleva al almacén situado en el campo de fútbol.

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