La peculiar situación que se ha dado estos días, en la que un alcalde cede su puesto al líder de la oposición para, a continuación, continuar formando parte del grupo de Gobierno, carece de precedentes. Por ello, no extraña que la manera de proceder de Gonzalo Pita haya suscitado todo tipo de reacciones, de las cuales las más virulentas han procedido de los que hasta no hace demasiado eran sus compañeros.
Aunque a lo largo del último cuarto de siglo el panorama político local ha experimentado episodios de lo más variopinto, desde mociones de censura hasta la firma de pactos que, a priori, parecían contra natura (como fue el caso del propio cuatripartito), nada se asemeja a la etapa que empieza este miércoles. Quizá el antecedente más parecido tuvo lugar en el tramo final de la década de los 90, justo antes, precisamente, de que Telmo Martín ganase sus primeras elecciones. La crisis interna que entonces vivió el PSOE se asemeja, en cierto modo, a la que ahora padece Sanxenxo Agrupación Liberal (SAL). No obstante, el epílogo de cada historia es diferente.
Jaime Corral, Albino Rodríguez y Juan Miguel Carballa se desmarcaron del alcalde poco después de los comicios de 1995
Quien padeció en sus carnes el cisma socialista fue el entonces alcalde, José Luis Rodríguez Lorenzo. La alegría provocada por la mayoría absoluta lograda en los comicios municipales de 1995 (el PSOE obtuvo entonces nueve concejales, por siete del PP y uno del Bloque Nacionalista Galego) sirvió para mantener a su líder en la Alcaldía, a la que había llegado en 1993, tras prosperar una moción de censura contra el popular Nieto Barros.
Sin embargo, el gozo pronto cayó en un pozo. Menos de un año después de su éxito, Sanxenxo se convirtió "en un ayuntamiento ingobernable". La frase fue pronunciada por el propio José Luis Rodríguez durante el Pleno ordinario celebrado el 30 de marzo de 1996. Para entonces, la guerra interna entre los afines al alcalde y los concelleiros díscolos era un hecho. Jaime Corral, Albino Rodríguez y Juan Miguel Carballa se desmarcaron rápidamente de su líder y acabaron dejando a Rodríguez Lorenzo en minoría. Esto, precisamente, impidió que esa noche se pudiesen aprobar los Presupuestos municipales, lo que llevó al regidor a pronunciar esa frase.
FALTA DE SINTONÍA. La falta de sintonía en el PSOE provocó que los avances logrados durante los dos años posteriores a la moción de censura se paralizasen por completo. El propio Rodríguez Lorenzo recuerda que "se quedaron muchos proyectos en el tintero". Además, el Concello se vio obligado a paralizar grandes inversiones.
El cese de los tres concelleiros díscolos provocó que la oposición pasase a contar con mucho más poder del que se le presuponía al principio del mandato. A pesar de los problemas y de la inestabilidad política, José Luis Rodríguez Lorenzo consiguió mantenerse como alcalde hasta las elecciones de 1999, a las que se presentó de nuevo como candidato. Sin embargo, los vecinos tomaron nota de todo lo sucedido y le dieron la mayoría a Telmo Martín.
