Ser madre y trabajadora resulta una misión imposible para muchas mujeres de Pontevedra

Convertirse en madre y aspirar a desarrollar una actividad profesional se ha convertido en una misión casi imposible para muchas mujeres en Pontevedra. A pesar de los tímidos avances en la conciliación de la vida laboral y familiar, colectivos sociales, sindicales y políticos solicitan ya que se instaure un nuevo modelo, el de la corresponsabilidad, para evitar penalizaciones a aquellas personas que decidan tener hijos.

Cuando faltan apenas cinco días para que se celebre el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), las demandas sociolaborales siguen siendo las mismas y los avances al respecto, cada vez más tímidos. El principal culpable: la crisis económica.

La secretaria de Empleo de Comisiones Obreras, Pilar Seoane, llamó la atención hoy sobre varias cuestiones a las que se enfrentan las mujeres pontevedresas en el actual y cambiante mercado laboral. Entre ellos, la segregación ocupacional, discriminación salarial y eventualidad contractual.

La mayor parte de las empresas de Pontevedra siguen colgándoles a ellas el cartel de limpiadoras, dependientas y camareras. Lo dicen las estadísticas. En concreto, el último Informe sobre o Mercado Laboral elaborado por la Xunta y que corresponde a enero de este año. El documento revela que las citadas profesiones, vinculadas al sector servicios, fueron las más contratadas en el ámbito femenino durante ese mes. Se contrató a 158 mujeres como personal de limpieza, 153 como dependientas en tiendas o almacenes y 118 camareras.

Durante el citado período se frmaron 2.127 acuerdos laborales en la capital provincial. El 60,6 por ciento a mujeres (1.289) y los 40,3 por ciento restantes (859) a hombres. Lejos de satisfacer a los sindicatos, los porcentajes refejan la estacionalidad y eventualidad a la que se enfrentan las mujeres. Basta con echar un vistazo al aludido informe para comprobar que más del 81 por ciento de las nuevas incorporaciones al mercado laboral durante el mes de enero (1.729) fueron temporales. Y la mayor parte de estas, 1.130 en total, fueron contratos suscritos por mujeres. «Las ofertas de trabajo siguen teniendo sexo», reprocha Seoane.

(Más información en nuestra edición impresa del viernes, 4 de marzo)

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