nació en poio hace 66 años pero las obligaciones laborales le llevaron a recorrer varias localidades de la provincia (Vigo, Bueu, Marín...) hasta que llegó a Pontevedra, donde lleva asentado varios años. «Es la ciudad en la que me encanta vivir y me siento pontevedrés hasta la médula», asegura.
José Ramón Caldas recuerda haber vivido «una niñez maravillosa. Mi familia trabajaba mucho para que en casa no faltase de nada». Con 19 años comenzó a formarse en Vigo en el oficio que marcaría su vida: mecánico de automoción. «Soy un loco de la mecánica. Siempre me gustó y me sigue gustando. Es algo que se lleva dentro».
Bueu supuso su bautismo de fuego. «Con 24 años me hice autónomo y me embarqué en la aventura emprendedora, que fue preciosa. Gracias, sobre todo, a que me encontré con gente maravillosa y con un pueblo que me acogió con todo el cariño del mundo».
