La noticia de que la Fiscalía de Pontevedra ha solicitado al juzgado la apertura de diligencias contra el alcalde y el concejal de Medio Ambiente de Poio por un vertido de algas que el Concello realizó en el monte Castrove ha sentado como un jarro de agua fría en el Gobierno local.
El propio regidor, Luciano Sobral, señaló ayer verse «sorprendido » por esta situación y añadió que no considera que haya cometido «ningún delicto» con la acumulación de algas en zona forestal.
Tal y como precisó, «é certo que estabamos botando no monte as algas que retiraban os mariscadores e as brigadas de limpeza de praias, pero, persoalmente, considero que isto non perxudicou ó medio ambiente nin constituíu delicto ningún, porque o único que estabamos verquendo eran algas e terra», dijo. Había sido un particular el que denunció los hechos, en el mes de agosto del año pasado, y la noticia había alcanzado tal repersución que el Concello se vio obligado a sellar el punto de vertido y dejar de depositar en él las algas.
(Más información en nuestra edición impresa del 5 de marzo).
