El Juzgado ha concedido finalmente al Concello de Poio una moratoria de 45 días más para derribar la chabola ilegal que se había quedado pendiente en el poblado de O Vao. El alcalde, Luciano Sobral, espera que el nuevo aplazamiento sea suficiente para realojar mientras tanto a la familia gitana que reside en la infravivienda.
El regidor reconoció que 45 días es "incluso máis tempo do que agardabamos que nos concederan", teniendo en cuenta sobre todo que se trata de al menos la tercera prórroga que consiguen para demoler la chabola y que el proceso judicial se inició hace más de diez años.
Aunque manifiesta su confianza de poder reubicar a los chabolistas en ese tiempo, señala que aún no hay una ubicación decidida.
"A opción que nos plantexamos é a de instalar unha vivenda modular de transición nas inmediacións do Vao, pero aínda non está decidido o emprazamento", añade.
Como opción, Sobral apuesta por el terreno que estaba proyectado para construir los bloques de viviendas de realojo definitivo que fueron desechados por la Xunta y que además está reclasificado como suelo residencial, tras la modificación puntual del PXOM en la zona. El problema es que se trata de fincas que en su mayoría pertenecen a propietarios particulares, muchos de los cuales forman parte de la asociación presidida por Carmen Esperón, opuesta al realojo de los chabolistas en O Vao y que está frontalmente en contra de la idea.
Paradójicamente, el alcalde dice ser consciente de esta situación, aunque mantine que espera poder realojar a la familia gitana en el plazo de 45 días.
Sobral critica también las declaraciones formuladas por Esperón, en las que advertía de que abandonaría la comisión de integración si no podía esar también en la mesa técnica. El regidor matiza que es la primera, en la que está presentado el colectivo vecinal, la que toma todas las decisiones.
