El Concello de Poio ha señalado que no quiere quedarse con los pisos de Monte Porreiro que había obtenido gracias a un convenio con la Consellería de Vivenda e Solo para realojar a tres familias de O Vao.
Según declaró ayer el alcalde, Luciano Sobral, una vez que las personas de etnia gitana fueron expulsadas por la presión vecinal y las viviendas se han quedado vacías, "a nós non nos interesa para nada quedarnos con elas", teniendo en cuenta además que están ubicadas dentro de otro término municipal.
En este sentido, el regidor aclaró que lo que desea el Ayuntamiento y lo más probable es que los pisos, ubicados en las calles Alemaña y Portugal, dejen de ser municipales y pasen a ser propiedad de la Xunta para ser utilizados como viviendas de proteción. Además, la Consellería de Vivenda había desembolsado la mayor parte de su coste (el 80%), mientras que el Concello sólo pagó el 20%. La suma económica aportada por las arcas autonómicas había sido de 669.806 euros y, aunque se adquirieron también una casa en Caritel (Ponte Caldelas) y un piso en Boa Vista, la mayor parte del importe fue para financiar las viviendas de Monte Porreiro, puesto que la de Poio era ya de la Xunta. En este caso, se trata de un piso de protección y se había desahuciado a la familia propietaria, puesto que llevaba residiendo fuera de él desde hace años.
Sobral no precisó si, en caso de que los pisos del barrio pontevedrés dejen de ser propiedad del Concello, la Xunta tendría que devolverle el 20% desembolsado por las arcas municipales.
