MARÍN. Juan Luis Sobrino Pérez-Crespo inició ayer su ronda de despedidas antes de poner punto y final a su mandato al frente de la Escuela Naval Militar de Marín a finales del próximo mes de julio. Numerosos colectivos sociales y vecinales del municipio le tributaron ayer un cálido homenaje en el Real Club de Mar de Aguete, en el que el capitán de navío y su esposa no pudieron contener su emoción.
En un acto presidido por la alcaldesa, María Ramallo, una gran parte de la sociedad civil marinense se sumó al reconocimiento con la entrega de diversos recuerdos. «Aunque deje la Escuela, seguiremos en Marín. Muchas gracias», señaló el director de la academia militar en su despedida.
«Todos los oficiales de la Armada recordamos nuestro paso por Marín como una de las mejores etapas de nuestras vidas y, en muchos casos, llegan a casarse aquí. Personalmente, estudié y fui profesor aquí antes de esta etapa como director, y en mi caso este sentimiento se eleva exponencialmente por el cariño que me ha dispensado su gente», explicó Sobrino Pérez-Crespo visiblemente emocionado.
Asimismo, aseguró que durante estos años ha tratado de profundizar en el acercamiento entre la Escuela Naval y la sociedad. «Le debemos todo a Marín y se lo agradecemos. Es posible que algún día la verja desaparezca y se pueda circular libremente por el recinto militar, pero esa verja no está ahí para separarnos, al contrario, estamos más cerca que nunca de los marinenses», dijo.
Recordó que la de Marín es la única Escuela Naval Militar de España y es un signo de identidad muy importante para el municipio, para terminar matizando que «cualquier logro alcanzado en estos años es fruto del trabajo conjunto de toda la dotación y personal del centro».
El presidente del Real Club de Mar de Aguete y la alcaldesa destacaron la gran labor «profesional y personal» desarrollada por Sobrino en la villa. «Estamos orgullosos de la Escuela Naval y el campus universitario que hoy tenemos y estamos muy agradecidos por el trabajo y la atención que personalmente nos has prestado», dijo María Ramallo.
«Es posible que algún día la verja desaparezca y se libere el paso al recinto, pero la verja no está para separarnos», aseguró «Estamos orgullosos de la Escuela Naval y muy agradecidos por el trabajo y la atención que nos has prestado», señaló Ramallo
