La carballeira de San Vicente obró el milagro

Soutomaior y Pazos de Borbén se suman a Ponte Caldelas y pedirán que se declare zona catastrófica

Los tres concellos suman más de 6.000 hectáreas afectadas con daños serios a empresas, viviendas y servicios básicos como el abastecimiento ► Reguera convoca un Pleno para analizar los incendios
Desde Parada se ve la zona arrasada por las llamas y la carballeira de San Vicente, que sigue verde
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Los concellos de Soutomaior y Pazos de Borbén han decidido emular a los de Ponte Caldelas en la decisión de solicitar que se declare zona catastrófica el territorio devastado por los incendios. Las dos corporaciones municipales dieron ayer a conocer esta información, después de hacer las primeras estimaciones —no oficiales— sobre la superficie arrasada y los daños registrados, que superan lo que una entidad como la municipal puede afrontar. Soutomaior, de hecho, tiene previsto tratar este tema en el Pleno que se celebrará este misma viernes, en el que se realizará un análisis pormenorizado de la situación.

El daño registrado en este concello, el cuarto en ser afectado por las llamas del conocido como incendio de Pazos de Borbén, ha tomado protagonismo en las últimas horas, al conocerse las estimaciones sobre casas quemadas y, en especial, al saberse que los dos heridos más graves, ingresados en la Unidade de Queimados del Chuac, son vecinos de Cortellas, un barrio que se vio envuelto en llamas en cuestión de minutos. Tanto fue así que los dos heridos, María, una mujer de unos 50 años, y su hijo Belbo, sufrieron quemaduras de segundo grado mientras huían por una pista de unos 500 metros.

Soutomaior calcula que más de 500 hectáreas de monte arbolado y agrícola han ardido y el Gobierno local sospecha que la cifra puede ser mayor, pero, de momento, no ha habido mediciones técnicas o no se han comunicado. Respecto a las casas, consta una oficialmente, pero no se descarta que haya más. En cuanto a las traídas de agua, la principal fuente de abastecimiento municipal está funcionando. La situación de los barrios más afectados es dispar.

En Pazos de Borbén existen también pocos datos aún sobre casas y negocios afectados. Se cree que hay muchos. El Concello sí sabe que unas 2.500 hectáreas han sido arrasadas. Todas las comunidades de montes han sufrido pérdidas, salvo la de Xunqueiras, y la mancha negra ocupa un 50% de la superficie del ayuntamiento.

Hay una familia realojada en un hotel de Redondela, con una niña de meses. Tienen acceso a un restaurante, a un supermercado local y un almacén para sus muebles, cedido todo por el Concello. El resto de las casas no padecen daños tan importantes.

En Ponte Caldelas son 2.900 las hectáreas quemadas y seis las casas dañadas o reducidas a cenizas. En este concello se supo ayer que la motobomba municipal y el depósito remolque consumieron más de 100.000 litros de agua en la larga noche de extinciones.

Después de celebrar una reunión con las comunidades de aguas del municipio, el Gobierno local financiará el suministro de más de 3,5 kilómetros de manguera para la reposición de las traídas. Siguen sin agua en Regodobargo, Gradín y A Roca, pero se espera resolver la incidencia, que afecta a unas 200 personas, en un par de días. El servicio se recuperó en Cuñas, Chaín y A Insua, entre otros lugares.

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