Sueños de futuro en la comarca

Berta, Ana y Jennifer con gran parte de las usuarias del centro de día Boas Apertas de Arcade.
photo_camera Berta, Ana y Jennifer con gran parte de las usuarias del centro de día Boas Apertas de Arcade.

Valentía y ganas, pero sobre todo mucho trabajo y esfuerzo. Estas son algunas de las cualidades que guiaron a los propietarios de los pequeños negocios que abren sus puertas en la comarca y que consideran básicas para dar continuidad a sus proyectos en zonas más allá de la gran ciudad

El cierre de TAFISA, Novarue S.L. y Construcciones Crespo, además de tener a Factoría Naval pendiendo de un hilo tras su entrada en concurso de acreedores, fueron algunos de los batacazos más duros que se llevó la comarca de Pontevedra a lo largo de este año. Teniendo en cuenta este panorama empresarial y la actual situación económica, probablemente no son muchos los que se arriesgarían por el sueño de ver su negocio en marcha.

Berta Lorenzo, Ana Vidal y Jennifer Cal son tres jóvenes que dejaron los miedos a un lado y apostaron por ser sus propias jefas. Dos años de duro trabajo, esfuerzo y no pocos sacrificios se transformaron en la constitución de Boas Apertas S.L. «Lo que habíamos visto hasta el momento no nos gustaba y queríamos hacer algo diferente, un trabajo bonito y bien hecho para las personas de la tercera edad. No había ningún centro de día en Soutomaior, estudiamos la población del municipio y nos dimos cuenta de que había un gran número de personas mayores, que en Pontevedra, Ponte Caldelas, Vigo, Redondela y Mos ya había instalaciones de este tipo, pero en Soutomaior no, así que vimos una buena oportunidad para poner en marcha el proyecto», explican las jóvenes.

Fue así como el centro de día Boas Apertas, situado en Arcade, abría sus puertas el pasado 7 de enero de 2014. «Para ser una época complicada económicamente hablando, la verdad es que no nos podemos quejar, empezamos con buen pie y creemos que va a salir adelante porque ofertamos un servicio que es necesario», comenta Berta Lorenzo. En este sentido, Ana Vidal indica que «si las economías domésticas van mejorando a partir de ahora y los familiares de las personas dependientes tienen trabajo, estas no se podrán quedar solas en casa. Ahora hay mucha gente que viene a pedir información, pero no puede permitírselo. Aunque sí que es cierto que no contábamos con tener 21 usuarios en menos de un año».

Detrás de esta meta personal alcanzada existe un camino previo que hubo que recorrer con mucha paciencia. Jennifer Cal comenta que «lo que más tiempo nos llevó fueron los trámites ante la Xunta y a la hora de buscar financiación tuvimos que llamar a muchas puertas. La parte positiva es que por el camino encuentras buenos profesionales, a lo mejor el técnico modificaba tu proyecto, pero siempre te aportaba una solución al problema que veía».

Tener ganas, ser valiente, mucho esfuerzo, apartar los miedos, trabajo y más trabajo. Estas son las claves que estas jóvenes consideran fundamental para emprender y que guiaron la puesta en marcha de la modesta empresa que esperan ver crecer con el paso del tiempo.

SIN EMPEZAR DE CERO

Si bien Ana, Berta, y Jennifer partieron de cero, ese no fue el caso de Miguel Sarratio. Así, cuando su suegra empezó a barajar la posibilidad de jubilarse, surgió la idea de que fuera Miguel el que continuara con el negocio que dejaba.

A sus 44 años, este vecino de Cotobade se puso el pasado mes de julio al frente del Bar Conchi, situado en la parroquia de San Xurxo de Sacos. «Eu traballara hai 18 anos na hostalería, despois dediqueime a outras cousas e hai escasos meses traballaba en Madrid. A miña familia está aquí e tiña que ir e vir, polo que tamén quería un pouco de estabilidade, por iso decidín facerme cargo do restaurante», afirma Sarratio.

Otro de los factores que motivó a Miguel a embarcarse en esta nueva etapa fue el hecho de dar continuidad a un negocio ya consolidado. «Gústame este traballo, pero tamén é certo que non foi o mesmo que comezar de cero, tan só hai que darlle continuidade. Eu partín coa vantaxe de que a moitos dos clientes xa os coñecía, pero estamos cambiando algunhas cousas», señala el propietario del establecimiento.

Introducir más platos de pescado en los menús, contratar más empleados o participar en iniciativas como la que se celebró el pasado fin de semana en el municipio, el Cotobade en Tapas, son algunas de las modificaciones por las que está apostando el nuevo dueño del Bar Conchi en el negocio. «Do resto non considero que sexa necesario cambiar nada, se até o de agora funcionou, por que non seguir na mesma liña?», apunta.

Miguel Sarratio piensa que para darse a conocer en la comarca es necesario mucho trabajo, pero que puede salir bien. «Está claro que sería diferente montar un negocio en Pontevedra, pero en Cotobade temos algo positivo, a estrada que vai a Ourense leva moito tráfico e, no noso caso, hai moita xente que para a comer», comenta.

Lleva poco tiempo al timón del local, pero Miguel ya mira hacia el futuro y contempla que Bar Conchi se convierta exclusivamente en restaurante, pues considera que eso es lo que marcaría la diferencia con la competencia en Cotobade.

Comentarios