TEPCO colocará otro sistema de refrigeración en el reactor 2 de Fukushima

La operadora de la central nuclear de Fukushima, dijo que acelerará las labores para instalar un nuevo sistema de refrigeración en el reactor 2, al tiempo que detectó un aumento de radiactividad en el mar cercano a la planta.

Tokyo Electric Power espera que en dos semanas empiece a funcionar un nuevo sistema de refrigeración de la piscina de combustible usado del reactor 2 para posteriormente realizar una operación similar en las unidades 1 y 3.

La operadora quiere comprobar que los niveles de radiactividad de los tres primeros reactores de Fukushima son aptos para proceder con las labores de estabilización que contempla su "hoja de ruta" para controlar la central antes de que finalice enero.

Al revisar los nuevos datos obtenidos, TEPCO reconoció esta semana que las barras de combustible de la unidad 1 se fundieron en los primeros momentos tras el tsunami del 11 de marzo y han perforado la vasija del reactor.

Asimismo, cree que un proceso similar podría haberse producido en los reactores 2 y 3, lo que eleva el riesgo de radiación y fugas.

La operadora de la planta detectó un aumento de las concentraciones de materiales radiactivos en muestras tomadas este miércoles en el mar cercano al reactor 3 de la central, que se encuentra al borde de la costa.

El nivel de cesio 134 detectado es 1.800 superior a los límites legales, mientras los datos conocidos el martes eran de 550 veces, lo que hace temer una filtración que no ha sido detectada.

Por otra parte, la planta nuclear de Hamaoka, parada por orden del Gobierno el pasado fin de semana, sufrió la entrada de agua salada en uno de sus reactores cuando se inyectó refrigerante para llevarlo a un estado de "parada fría".

Se cree que unas cinco toneladas de agua de mar llegaron al reactor posiblemente por una conducción dañada, aunque la operadora de la central nuclear, Chubu Electric, no considera que el problema inutilice el reactor y obligue a su desmantelamiento.

La central de Hamaoka, a unos 200 kilómetros al sur de Tokio, fue paralizada la semana pasada debido a que se encuentra en una zona con altas probabilidades de sufrir un gran terremoto en los próximos 30 años.

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