Tertulianos

Una de las decisiones más sabias de la historia de las ondas fue la creación de las tertulias deportivas. Ese aroma a discusión de taberna que destilan algunas de ellas son el mejor atractivo para enganchar a los oyentes. En Pontevedra hay varias, no poco interesantes, aunque si la honestidad asiste al lector deberá reconocer que la más espectacular es la de Radio Pontevedra. Uno está deseando que llegue el jueves a mediodía para asistir a esa batalla dialéctica con contenidos dogmáticos y didácticos acompañados de cierto atolondramiento, bajo el siempre interesante ejercicio de la libertad de expresión. Si Spielberg conociese más en profundidad la idiosincrasia del pontevedrés medio, probablemente se acercaría a la ciudad para rodar una película con el intercambio de dimes y diretes de los Picallo, Osvaldo, César Pazos y Ferreira, técnico rebautizado como Ferreti por la congregación de sabios. La principal diferencia con otros ejercicios radiofónicos semejantes no estriba en la sana capacidad para discrepar que manifiestan los oradores, sino por su habilidad para discutir aún estando de acuerdo. Y todo aderezado por esa curiosa rivalidad entre Osvaldo y Picallo, emanada de sus respectivos amores al Real Madrid y al Atlético de Madrid (ya son ganas de sufrir). Llega lo mejor cuando el simpático abogado matiza con cariño las palabras que todo el mundo acaba de escuchar y entender. «Lo que quiere decir Osvaldo...» ¡Ya sabemos lo que quiso decir, hombre! En plena ebullición de argumentos, el letrado denuncia la incontinencia verbal de su amigo Ferreira. «Hoy habla solo Ferreti». Por supuesto, la conclusión de la aportación del técnico se confirma también en la boca de Picallo. «¿Puedo hablar ya?» Pontevedra será más aburrida el día que a estos locos se les acabe la tertulia, aunque lo que digan alguna vez suene a intrépido disparate.

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