Topicazos

Dejar vía libre a la contratación con salarios mínimos que hacen honor a su nombre e incrementar la presión salarial a los ciudadanos de a pie con más cara que espalda no me parece ni la mitad de escandaloso que la aceptación patriótica de esas medidas. Se nos vende que hay que apretarse el cinturón y arrimar el hombro para salir «todos juntos» de esta crisis, pero «todos», por supuesto, no incluye a las grandes fortunas. El caso es que en España los tijeretazos se reciben con la cabecita más gacha que en otros países por una aceptación incuestionable de los estereotipos establecidos: esos que rezan que los alemanes y holandeses viven como obispos porque tienen cultura de trabajo y que nosotros somos una panda de mendrugos ineficientes que solo sabemos darle a la pandereta y al sol y sombra. Al viajar a esos países se comprueba todo lo contrario. Para empezar, conozco pocos horarios de trabajo tan duros como el español (quitando la jornada ‘continúa’ china). La mayor parte de los negocios de Berlín y Amsterdam están ‘chapaos’ a las seis de la tarde y las horas extra se pagan a precio de cabiar. Aquí conozco a poca gente que no se haga sus diez horicas diarias y que vea retribuido ese sobreesfuerzo. «Es que te son mucho más eficientes». Ya, debe ser eso, que los rubitos son más listos, mejores personas y más formados. Que trabajen más los que no saben qué es trabajar.

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