Treinta horas de juicio después, el crimen espera veredicto

Los acusados, en un momento del juicio. r. fariña
photo_camera Los acusados, en un momento del juicio. r. fariña

Ocho sesiones concentradas en cuatro días fueron necesarias para someter a contradicción los hechos puestos sobre la mesa por la Fiscalía Provincial acerca del asesinato de Enrique Monteagudo Caldas en las inmediaciones del embalse del río Umia el 22 de julio de 2010. El juicio se extendió más de 30 horas, con innumerables intervenciones de testigos (de los cuales cuatro supuestamente fueron presenciales, los acusados), agentes de la Guardia Civil, peritos (entre los que había funcionarios policiales, médicos y forenses), preguntas y afirmaciones, desde las más mordaces hasta las aparentemente sutiles, por parte de la acusación y de las defensas.

Los seis extensísimos informes de conclusiones que comenzaron a pronunciarse a las 13.00 horas de ayer y que concluyeron sobre las 19.00 (con un pequeño receso para reponer fuerzas a mediodía) sirvieron para finiquitar el juicio y tal vez para enredar aún más a un inexperto tribunal popular que hoy tiene ante sí una misión harto complicada: dictar un veredicto acerca de la culpabilidad (o no) de Adrián Ferro Couto, Borja Coucheiro Sanjurjo, Héctor Vázquez Liste, alias ‘Ziritione’ y Jesús Piñeiro Mera, alias ‘Chicho’ por el asesinato consumado en el lugar de A Pontenova, en el término municipal de Cuntis, del joven morañés ‘Lucho’ Monteagudo.

La mañana

De forma previa a los informes de la fiscal, la acusación particular y las cuatro defensas, en la mañana de ayer se produjeron dos intervenciones relevantes para el caso. La primera fue la de una psiquiatra que, en su condición de perito (y que intervino a propuesta del letrado de Jesús Piñeiro Mera), aseguró que ‘Chicho’ padece una esquizofrenia paranoide «de carácter continuo y con más de 30 años de evolución». Añadió, además, que el acusado «tiene disminuidas sus capacidades intelectivas, de atención, de memoria y de juicio de la realidad, que interpreta en función de los delirios que tiene». La doctora, que señaló que sigue la evolución del acusado desde hace años, sí admitió que «cometió delitos como robos y es consumidor de tóxicos» y que «ha estado metido en peleas para conseguir drogas», pero matizó que «tiene agresividad verbal, pero no le hemos detectado agresividad física». La doctora aseguró, además, que «desde el punto de vista psiquiátrico su postura de decir que no fue (el autor de los hechos) indica que está diciendo la verdad». «No le veo capacidad mental para simular todo esto sin que se le escape nada», añadió.

La fiscal, Marta Durántez, discrepó hasta el extremo de la visión de la psiquiatra y puso sobre la mesa el hecho de que ninguna institución, ni siquiera su propio abogado, manifestase que la enfermedad mental de ‘Chicho’ fuese tan grave hasta apenas diez días antes de la fecha para la que estaba fijado inicialmente el juicio, que tuvo que ser aplazado para su posterior exploración.

ADN

A continuación intervinieron los agentes especializados en la búsqueda de restos de ADN en el lugar de los hechos y en los objetos que fueron hallados en las inmediaciones, así como en las herramientas que fueron encontradas en la caravana de ‘Chicho’, uno de los acusados. Todos ellos afirmaron que no encontraron los perfiles genéticos de ninguno de los procesados, circunstancia que fue puesta sobre la mesa por los letrados de los procesados para defender que no se encontraban en el lugar del crimen.

conclusiones. Tras estas intervenciones, la jueza instó a las partes a que enunciasen sus conclusiones, que fueron elevadas a definitivas por parte de la fiscal, Marta Durántez, y de la acusación particular. Así, el Ministerio Público mantiene su petición de 20 años de prisión para cada uno de los cuatro acusados, además de una indemnización de 120.000 euros para la familia de la víctima. Sí varió su escrito inicial el letrado defensor de Jesús Piñeiro Mera, que manifestó su disconformidad con la Fiscalía e incidió en la enfermedad mental que padece su patrocinado «con ingresos hospitalarios en los años 86, 88, 89, 04 y 06. La enfermedad mental de mi representado exisitía en el tiempo en el que sucedieron los hechos».

Por todo ello, el abogado de ‘Chicho’ señaló que «sin perjuicio de insistir en su inocencia, concurre la eximente completa» por razón de la citada dolencia.

El soplón

Otro que introdujo variaciones fue el letrado de Adrián Ferro Couto, el procesado que declara que fueron los otros tres quienes dieron muerte a ‘Lucho’ en su presencia. El abogado defendió que Adrián «no conocía ni pudo prever el ánimo homicida de los demás», a lo que añadió que confesó en los juzgados de Caldas de Reis y se ratificó en el juicio, «colaborando con la Justicia».

Como consecuencia de ello y alternativamente a una petición de absolución, instó al tribunal a la posibilidad de una condena únicamente como cómplice de homicidio.

Ya entrada la tarde se inició el turno de informes con la intervención de la fiscal, que insistió en la culpabilidad de los cuatro acusados y añadió que «es intolerable que una testigo venga a mentir» (en alusión a Zaira, la expareja de uno de los acusados). También manifestó su sorpresa ante el hecho de que «una profesional declare sobre algo para lo que no está cualificada (refiriéndose a la psiquiatra)», y advirtió a los miembros del tribunal popular sobre la posibilidad de que los abogados de las defensas intentarían liarles con los informes que se emitirían a continuación.

Resolución: El dictamen podría retrasarse

La presidenta de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial citó a las partes para las 10.30 de hoy para debatir cuestiones acerca del objeto del veredicto, que será entregado al jurado en Audiencia Pública sobre las 11.30 horas. A continuación, después de que la jueza ofrezca al tribunal las oportunas explicaciones sobre el cometido que se les encomienda, éste se retirará a deliberar a una sala incomunicada. De tal deliberación saldrá el veredicto a última hora de hoy o incluso mañana.

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