Tyler Farrar brilla en la primera cita con el esprint, Hushovd sigue líder

El estadounidense Tyler Farrar sumó la segunda victoria consecutiva del Garmin Cervelo al adjudicarse al esprint la tercera etapa del Tour de Francia, disputada a través de 198 kilómetros entre Olonne sur Mer y Redon, en la que su compañero noruego Thor Hushovd mantuvo el maillot amarillo.

Sigue la fiesta en la escuadra americana, que subió al podio al ganar la cronometrada por equipos de Les Essarts y repitió la escena, esta vez en formato individual con Farrar, el corredor residente en Gante "medio americano, medio belga", el más rápido en el primer duelo entre los "guepardos" del pelotón.

Farrar, de 27 años, se impuso con claridad entre la mejor nómina de especialistas, por delante del francés Romain Feillu (Vacansoleil) y del campeón de España en ruta, el murciano José Joaquín Rojas (Movistar), en gran momento de forma, disputando con los grandes de la velocidad, y además nuevo líder por puntos.

Una victoria especial para Farrar por doble motivo, por la fiesta nacional en Estado Unidos, 4 de julio; y por un regalo que tenía pendiente para su "amigo y hermano" Wouters Weylandt, fallecido en la tercera etapa del Giro de Italia, en pleno descenso del Passo del Bocco. En aquella ocasión, Farrar salió en la cuarta etapa, entró junto a los corredores del Leopard y se retiró para acudir a los funerales.

Por ese motivo Farrar entró en meta marcando la W de Weylandt con los dedos. "Es una victoria para él en este día tan especial", en el que además tuvo el honor de que le lanzara el esprint el maillot amarillo del Tour, su compañero Hushovd. Nadie pudo con él, ni Cavendish, quinto, ni Greipel, noveno.

Una cita con el esprint marcada de antemano, que cumplió el pronóstico y no varió la general. Hubo caída, pero solo afectó al colombiano Leonardo Duque, que aterrizó en la última curva. En la general no hubo cambios y Hushovd afrontará como líder la etapa del Muro de Bretaña, donde la historia será diferente a la de hoy, por la llegada en ligero ascenso.

Las diferencias se mantuvieron en la general, con David Millar (Garmin) segundo con el mismo tiempo del líder y Cadel Evans (BMC) tercero a 1 segundo y "líder" de los favoritos.

Alberto Contador pasó el primer día de tranquilidad, sin sobresaltos, después de un comienzo estresante que le hizo perder tiempo entre la montonera del primer día y la posterior crono por equipos. El triple vencedor del Tour inicia una nueva carrera en el puesto 75, a 1.42 del líder y a 1.38 de los hermanos Andy y Franck Schleck, enemigos a batir.

La etapa salió de la costa, en Olonne sur Mer, y entró en Bretaña en compañía perenne del viento, que se movió en contra casi toda la jornada. Ese fue un motivo extra para que pudiera cuajar la escapada del día, que se formó en el primer kilómetro con los españoles Rubén Perez (Euskaltel) y José Iván Gutiérrez (Movistar), los franceses Maxime Bouet (AG2R) y Mickael Delage (Francaise) y el holandés Niki Terpstra (Quick Step).

Un viaje a ninguna parteLa escapada la controlaron siempre los equipos de los esprinters para que la etapa acabara a su antojo. Dejaron que abrieran una diferencia de 8 minutos, momento en que el Garmin se puso serio y empezaron a despertar del sueño los aventureros.

Por la única dificultad del día, el espectacular Puente de Saint Nazaire, que atraviesa el estuario del Loira a través de 3.500 metros de carretera elevada sobre el mar, la ventaja era de 1.30 minutos. El Garmin seguía aplicado en la labor de derribar la escapada, mientras el Saxo Bank de Contador, que no quería más sustos, anduvo siempre alerta en cabeza.

Fin de la fuga inicial a 9 kilómetros de meta, coincidiendo con la entrada del HTC de Cavendish en cabeza de pelotón. Aún intentaron resistir Gutiérrez y Delage, sin opción alguna. El pelotón ya se manejaba a 70 por hora, en fila india, con algunos intrusos de los que aparecen y desaparecen en escasos segundos.

Pelea entre los grandes equipos por el primer esprint del Tour. El HTC colocó su "treno", un tanto inconsistente, con 4 hombres al frente. A Cavendish le cuesta entrar en forma, como demostró en el Giro, donde antes de ganar fue batido por Petacchi.

La interminable recta de llegada fue territorio Garmin. Apareció Hushovd con su camiseta amarilla para lanzar a Farrar. Un cohete y un misil en colaboración. Casi nada. El estadounidense vio el cielo abierto y no tuvo más que rematar la faena. Farrar entró en meta con su amigo. Su bautizo en el Tour y nuevo miembro del club de ciclistas con victorias en las tres grandes. Esta vez las lágrimas eran de alegría.

La cuarta etapa se disputa entre Lorient y el Muro de Bretaña, de 172 kilómetros, con final en una cota de tercera categoría que evitará una llegada al esprint.

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