Un bosque animado se adueña de Briz

El Concello trabaja desde febrero en colaboración con la Fundación Juan XXIII en la creación de piezas escultóricas con la madera de los árboles en mal estado que fue necesario talar
Arriba, una de las esculturas junto al lago
photo_camera Arriba, una de las esculturas junto al lago

La finca de Briz se ha convertido ya en uno de los más atractivos referentes del municipio, tanto para los vecinos como para la cantidad de visitantes que acuden al lugar siempre que el tiempo acompaña. Sus inmuebles señoriales totalmente rehabilitados, el hórreo, los lavaderos, el estanque, la vegetación y sus vistas son algunas de sus principales atributos.

A la consecución de su máximo esplendor contribuyeron desde los últimos años de la década de 1990, cuando el Concello adquirió la finca por 900.000 euros (150 millones de pesetas de la época), el trabajo de varias escuelas taller, el proyecto del parque de los sentidos y el auditorio al aire libre y, actualmente, la creación de un bosque animado, en el que las figuras realizadas en madera de los propios árboles de la granja deteriorados o muertos suponen un nuevo aspecto diferencial.

De este modo, cinco gobiernos municipales se implicaron en la consecución de lo que hoy supone el pulmón verde del centro urbano marinense. En el actual mandato se llevaron a cabo tareas de mantenimiento y mejora, que se complementarán ahora con el bosque animado, además de dotar de mayor actividad a los inmuebles restaurados.

Setas, caracoles, caballitos de mar y figuras humanas y mitológicas, entre otras, componen esta colección que no ha hecho más que comenzar. El objetivo, según explicó la concelleira de Medio Ambiente, Marián Sanmartín, es aprovechar todos los troncos posibles para crear esculturas. «Al final se intentará dar forma a un itinerario ordenado para que pueda ser disfrutados en mejores condiciones por todo el público, especialmente por los más pequeños», explicó.

La idea surgió del responsable de jardinería de la Fundación Juan XXIII, José Ligero, que dirige el mantenimiento de la finca. «Con esta propuesta tratamos de convertir un problema, que sería la retirada de los árboles del lugar por su difícil acceso para la maquinaria, en un nuevo recurso, teniendo en cuenta la alta calidad de la madera, las llamativas intervenciones artísticas proyectadas y que su mantenimiento no tendrá un coste elevado».

La actuación se puso en marcha el pasado mes de febrero con la tala de un ciprés de unos 35 metros de altura, completamente muerto, situado al lado del estanque, del que el año pasado ya había caído una rama de gran tamaño provocando serios problemas para su retirada. En este caso, se dejó un tronco de unos cuatro metros de altura (el resto se troceó y guardó para otras intervenciones de menor tamaño), sobre el que el escultor Marcos Mariño Seoane, graduado en la Escuela Maestro Mateo de Santiago, completó la primera obra del bosque animado, dedicada al maestro jardinero del Concello fallecido recientemente, Julio Mediavilla.

Privilegiado. «Briz es un entorno natural precioso, con un enorme potencial y con una cantidad de árboles importante. En el caso de aquellos en los que no hay otra alternativa que su tala, con estas intervenciones se pretende mantener ocupado su espacio, dar vida al bosque y crear nuevos atractivos», explicó Marián Sanmartín, quien auguró que «cada figura se convertirá en un buen lugar para hacerse fotografías de recuerdo, algo que también promocionará la finca».

Marcos Mariño, graduado en la especialidad de escultura en madera en la Escuela Maestro Mateo de Santiago, es el encargado de crear las obras que en poco tiempo podrán verse en el bosque de Briz. «La madera es de muy buena calidad y se trabaja bien, aunque llevará su tiempo, ya que es una escultura de cuatro metros de alto y con bastantes detalles», explicó. La motosierra y otros medios manuales son sus herramientas.

El artista considera muy positivo este aprovechamiento de los árboles y cree que en cuanto se vaya logrando un conjunto escultórico con diferentes motivos y tamaños se convertirá en un gran atractivo.

La finca, que había sido comprada a finales de la década de 1990, fue rehabilitada por cinco gobiernos municipales

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