Un juego para convertirse en experto en reciclaje

Tres coles gallegos, entre ellos el SEK-Atlántico, celebran la jornada con el juego de Sogama, 'Un partido polo planeta'

¿En qué contenedor se tiran las tapas de las botellas? ¿Y las latas de pintura? ¿Qué es el compostaje casero? Seguro que muchas personas se hacen este tipo de preguntas a menudo cuando deben escoger el contenedor en el que depositar los diferentes residuos.

Es bien sabido que los envases van al contenedor amarillo, los cartones al azul, el vidrio al verde y el resto al genérico. Pero siempre hay elementos que pueden llevar a cierta confusión y hacer dudar sobre el destino que deben correr para ser correctamente reciclados.

Si a los mayores les cuesta, ¿qué pasa con los más pequeños de la familia? Eso pensaron Sogama y la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación del Territorio cuando crearon, ‘Un partido polo planeta’, el gran juego del reciclaje que repartió estos días en diferentes colegios gallegos para concienciar a los alumnos y alumnas de la importancia de las tres erres: reciclar, reducir y reutilizar.

A lo largo de las dos últimas semanas, los escolares del CPI de Vedra, en A Coruña; del CEIP Amaro Refojo de Verín y del International SEK-Atlántico de Poio conmemoraron el Día Mundial del Medioambiente que se celebra mañana.

Con esta iniciativa, Sogama y la Consellería pretendían que los pequeños afianzasen sus conocimientos en el ámbito del reciclaje, que solventasen posibles dudas e incluso que pudiesen corregir errores y descubrir las acciones que llevaban mal a cabo en materia de reutilización.

A juicio del presidente de Sogama, Javier Domínguez Lino, «de lo que se trata es de que los niños se diviertan, a la vez que se les facilita el aprendizaje de los pasos a seguir para llevar a cabo una gestión más sostenible de los residuos urbanos producidos y que su bagaje en la materia les sirva para llevar a cabo una tarea educativa y de concienciación en su entorno familiar y social».

En el SEK, los alumnos de los diferentes cursos han podido experimentar con el juego para descubrir todo lo que ofrece y lo que pueden llegar a aprender gracias a él. «Antes de empezar a jugar estuvimos hablando sobre temas de reciclaje para que ya tuviesen unos conocimientos previos», explica Ana Barbero, coordinadora de Primaria del centro y encargada de introducir a los niños y niñas las normas y la dinámica del juego.

Aunque se trata de una actividad a la que pueden jugar los niños y niñas de cualquier edad, dependiendo de la misma necesitan más ayuda para poder entender la dinámica del juego. «Los de 5º, por ejemplo, lo entendieron a la primera y quedaron encantados mientras que a los de 6 años hay que guiarlos un poco más», asegura Barbero.

EL JUEGO. Conformado por piezas, que como no podría ser de otra forma están hechas con material reciclado, resistentes y ligeras, además de fácilmente montables y transportables, ‘Un partido polo planeta’ tiene una importante carga pedagógica, además de lúdica.

El tablero reproduce un campo de fútbol y los jugadores, que se distribuyen en equipos, deben superar una serie de pruebas, que se estructuran en diferentes secciones, para conseguir llegar a la portería contraria y marcar gol. En formato gigante, puede desarrollarse en diversos espacios y escenarios ya que su estructura y composición física así lo permite.

La partida comienza con los participantes divididos en dos grupos aunque, como recuerda Ana Barbero a sus alumnos de 5º de Educación Primaria, «al fi nal ganamos todos, y el primer equipo que llega a la ‘portería’ debe ayudar al otro a que también alcance el fi nal».

Después, antes de que uno de los equipos haga el primer turno, hay que leer el manifi esto de ‘Un partido polo planeta’, en el que se comprometen, entre otras cosas, a «competir con todas as nosas forzas e saberes neste encontro. Farémolo primando o xogo limpo, a honestidade e o traballo en equipo».

Por turnos, los equipos van realizando diferentes tipos de pruebas, divididas en secciones. ‘E ti que sabes?’ es un bloque de preguntas con las que se busca indagar en los conocimientos de los pequeños mediante diferentes respuestas, combinando las correctas con algunas que otras disparatadas.

Por ejemplo, el compostaje casero consiste utilizar los materiales orgánicos que acaban en la basura, como los restos de comida, para fabricar compost y, desde luego, no es «unha sobremesa de mazá» o «a composición do novo refugallo, que pode ser líquido ou gaseoso».

‘Saltas á pista’ es la sección más dinámica, ya que los escolares deben demostrar la información con la que cuentan pero también sus habilidades y talento, utilizando herramientas tales como el dibujo, la interpretación, las adivinanzas y la agilidad mental. Los niños y niñas se pueden encontrar con la opción de dibujar un animal, descubrir la respuesta a acertijos como «coma unha buxaina dá voltas ao sol, vira que vira sen ter motor», elegir un instrumento hecho con materiales reciclados para ‘actuar’ con él y que el equipo contrario descubra cuál es...

Las pruebas se completan con ‘Encesta no contenedor’, sección en la que los alumnos participantes visualizan, a través de cartas, una serie de residuos y deben identifi car el contenedor específico de destino en el que deben ser introducidos para propiciar su posterior reciclado y que se puedan convertir en nuevos productos de utilidad.

El aprendizaje y la diversión están garantizados en todo momento a lo largo del juego, siendo la fi losofía de esta iniciativa conseguir que los escolares lleguen a tomar conciencia de que son parte de un equipo, la ciudadanía, y que cada uno de ellos forma parte de la solución, resultando su labor fundamental para la protección del medio ambiente y mejora del bienestar y calidad de vida de las actuales generaciones futuras.

Además de todo ello, a través de este soporte se trabajan valores tales como el compañerismo, la complicidad, la empatía, la convivencia, el respeto y la solidaridad.

El juego termina y hay algo que todos los alumnos tienen claro. Además del buen rato que han pasado todos juntos, descubren que todos ganan con los conocimientos nuevos aprendidos, «porque vamos a tener un planeta más limpio». Algo en lo que ya intentan colaborar cada día con el ‘rincón del reciclaje’ que tienen instalado en una zona del aula y en el que depositan papeles y tapones.

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