Un pirata y siete felinos en busca de un hogar feliz

La protectora de la villa marinense sigue pidiendo ayuda para poder sufragar los gastos veterinarios
Max
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La vida del voluntario de una protectora no entiende de horarios ni de vacaciones. Los fines de semana son tan importantes como el resto de días laborales, y el teléfono puede sonar en cualquier momento. Así le ocurrió al equipo que mantiene activa la organización Respeta, rescata, protege y adopta de Marín, que recibieron una llamada la tarde de un sábado de este mes en la que un particular les daba el aviso de un cachorro en mal estado, abandonado y con un ojo tan enfermo que al final nada se pudo hacer por preservarlo.

Así fue cómo Max entró en la familia de la protectora marinense. Le llevaron a Urgencias al momento, donde le practicaron una cirugía para extirparle el ojo. Este superviviente, de apenas tres meses de vida, ahora ya sabe lo que es tener alguien que le cuide, aunque solo sea de forma provisional. Max se recupera de la operación en una casa de acogida, en la que ya demuestra le energía que tiene. "No para de jugar, es un terremoto", dice una de las voluntarias. En cuanto esté preparado, podrá ser dado en adopción a una familia responsable que tenga en cuenta que crecerá, ya que de mayor es probable que sea de tamaño grande.

Sin embargo, en este caso la protectora no solamente pide un hogar para Max. Rescatarle y operarle ha dejado a la entidad sin apenas fondos para seguir haciendo su labor. Por eso, piden ayuda para recuperar los 356 euros que se han gastado solo en el caso de este pirata de cuatro patas.

Por otro lado, uno de los aspectos en los que más inciden los voluntarios animalistas es en la necesidad de esterilizar a las gatas, porque si no el trabajo de las protectoras se multiplica. En este mes, en Marín rescataron a seis bebés, de apenas siete semanas de vida, que ya empezaban a sufrir las consecuencias del frío y la lluvia. De hecho, tres de ellos todavía tienen mal los ojitos por culpa del catarro, que a los gatos les produce muchas legañas. Ahora están en una casa de acogida segura, creciendo fuertes y protegidos. Uno de ellos ya ha encontrado un hogar definitivo, los otros cinco aún están esperando su oportunidad.

Frida, por su parte, es una panterita de año y medio, aproximadamente, que ya está esterilizada, y que necesita una adopción urgente. La persona que la tiene en estos momentos no puede seguir haciéndose cargo de ella. Es una gata diez, muy adaptada a piso y sociable con otros animales. En esta misma situación se encuentra Edurne, que no llega al año de edad, y que está pendiente de esterilizar. Aunque es algo tímida, en cuanto coge confianza se gana el corazón de cualquiera.

Para colaborar con la protectora, se pueden hacer donaciones en el número de cuenta ES49 0182 3619 4702 0151 8721, y para preguntar por alguno de estos casos, se puede llamar al 617 99 91 24.

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