Una restauración urgente para que no se pare el tiempo en Marín

El reloj del edificio consistorial será reparado en 2017 ante el importante desgaste que sufre su maquinaria y su aspecto exterior
La torre del reloj del Concello, en la Avenida de Ourense
photo_camera La torre del reloj del Concello, en la Avenida de Ourense

La vida en la villa marinense la marcan las agujas del reloj que preside la torre del edificio consistorial de la Avenida de Ourense. Sin embargo, la esfera ha visto transcurrir muchos años y a cada vuelta de 60 segundos el desgaste, la humedad y el frío han ido haciendo mella en su estructura. Por eso, el Concello encargó en verano un estudio a una empresa de Viveiro sobre el estado de conservación del reloj, que, vistos los resultados, pide a gritos una puesta a punto, que será acometida en 2017. 

La torre consistorial acusa el paso del tiempo tanto en su cara externa como en el interior de su estructura. Son cuatro las esferas que dan la hora, conectadas a una misma maquinaria. La que mira hacia el Puerto presenta "un muy mal aspecto", tal y como recoge el informe, dando así "una sensación de abandono que afea la imagen total del edificio". Además, la numeración se ha ido borrando paulatinamente y las agujas no tienen el vigor de antaño, por lo que su precisión ya no es la que era. Las ‘tripas’ de la esfera revelan que la minutería también está "en mal estado". De hecho, hay un soporte añadido a posteriori que pretendía hacer de refuerzo para las agujas, pero que ya no es capaz, por sí solo, de mantener las mecánicas de precisión de forma correcta. 

Las campanas de la torre tampoco hacen su función de la mejor de las maneras, pues el deterioro de su estructura provoca que las horas no suenen como deberían. La razón también hay que buscarla en la maquinaria responsable de que resuenen, cuyos cables están peligrosamente estropeados, cuando no rotos. Si a esto se le suma la carcoma que está estropeando la caja de madera que recubre toda la maquinaria, la situación resulta desastrosa. 

Ante esta coyuntura, no cabe otra posibilidad que la restauración integral del reloj. Entre los trabajos que propone el estudio está la colocación de nuevos pasamuros y la reparación de los 26 segmentos de cristal que conforman las esferas, así como de los esqueletos metálicos que las sustentan y la restauración de las agujas. 

A la importancia sentimental que el reloj tiene para la villa se le añade su valor artístico. Fue fabricado por la empresa vasca Viuda de Murua, que ha colocado relojes a lo largo y ancho del territorio nacional: en el Monasterio de Montserrat, en la Colegiata de Ávila, en la Caja de Ahorros de A Coruña... Incluso uno de sus relojes mecánicos, el del Palacio Real de Madrid, forma parte de la Colección de Relojes del Patrimonio Nacional. 

Así, cuando las deterioradas agujas del reloj marinense marquen las 00.00 horas que den inicio al 2017, estarán inaugurando el año en el que se evitará que el tiempo se congele en el municipio morracense.

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