Una testigo del crimen de Coruxo, en el juicio: 'Escuché gritos desgarradores'

Una vecina ha declarado hoy en la vista oral del juicio del denominado crimen de Coruxo, en Vigo, que escuchó gritos "desgarradores, estremecedores, horribles" de la víctima, que pedía "por favor, por favor", a los que siguieron "un silencio sepulcral, como un cementerio".

La citada vecina, de avanzada edad, ha relatado que el 11 de octubre de 2011 se levantó hacia las 09:00 horas y salió al patio, y que fue entonces cuando escuchó gritos de una mujer que pedía "por favor, por favor", y el último fue "como si lo sacara del fondo del todo".

Ha explicado que los gritos fueron seguidos y que "la cosa fue muy rápida", y que le extrañó que ningún otro vecino de la zona se asomara a ver qué estaba pasando.

Ha justificado que no llamó a la Policía porque "no pensaba en una muerte" y porque está educada "como antes", en cuanto a no inmiscuirse en lo que sucede en la casa del vecino, y que no se lo contó antes a sus sobrinos, con los que convive, para no despertarlos.

En la tercera jornada de la vista oral del juicio del crimen de Coruxo, que acoge la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra, también han prestado declaración dos hermanas de la víctima, que han coincidido en destacar que ella "no le tenía miedo al acusado" pese a que últimamente se sentía "vigilada" por éste.

Ese es un aspecto en el que ha insistido el abogado de la acusación para hacer hincapié en la reacción que tuvo la mujer momentos antes de su muerte al encontrarse a su exmarido en la casa donde ya no vivía, tras haberse divorciado 19 días antes, al regreso de dejar a los niños en el colegio.

Las testigos han relatado que su hermana les confesó que en varias ocasiones se sintió vigilada, en la playa y en el colegio de los niños, pero por lo demás nunca presenciaron una pelea ni una discusión en el matrimonio.

"No le tenía miedo. No había motivos para reaccionar con temor", ha dicho la hermana que tenía más contacto con la víctima, y quien se ha hecho cargo de sus niños, que cuando se produjo el crimen tenían ocho años.

A preguntas del abogado de la defensa, han negado que la víctima le buscara las cosquillas por su infidelidad y han dicho ignorar que ella tomara tranquilizantes, como insinuó este letrado al señalar que en su bolso y su cartera hallaron estos medicamentos, o que hubiera problemas económicos en la familia.

Estas dos hermanas de la víctima han señalado el carácter introvertido del acusado, aunque su trato era cordial, y lo han descrito como "un buen padre".

Una de ellas, sin embargo, le ha reprochado que "mató a una madre, a una hermana y a una hija. Le ha destrozado la vida a todos", ha aseverado, y ha criticado que no haya dado "muestras de arrepentimiento".

También ha cargado contra la familia política de su hermana por no haberles dedicado "ni una palabra amable", y a preguntas del abogado de la defensa ha señalado que "no es un favor" que abone la mitad de la hipoteca de la casa familiar, ahora "vacía y sin vida" cuando antes estaba "llena de alegría".

Durante la tercera jornada de la vista oral han declarado también varios agentes de policía científica que han concretado que todos los restos de sangre hallados en la casa, junto al cadáver, estaban concentrados en el recibidor.

Los policías han corroborado que el arma del crimen coincidía en diseño con el resto de cuchillos de la cocina, que no se buscaron huellas dactilares en el mismo para no dañar los rastros biológicos (sangre y pelo) y que tampoco se buscaron en la cocina.

El inspector encargado de realizar el croquis de la casa ha concretado, al igual que los agentes que lo precedieron durante el juicio, que desde la puerta trasera de la casa, por la que accedió el acusado, no se ve la entrada principal.

El jurado popular, al igual que el resto de la sala, ha visionado el vídeo que hizo la Policía de la escena del crimen, a pesar de las objeciones del abogado de la defensa, quien solicitó, sin éxito, que se evitaran los tramos "desagradables" e "irrelevantes" que el acusado evitó mirar.

El fiscal pide para Francisco Rafael A.M. 15 años de cárcel y la acusación particular, 22 años y medio, al considerar los hechos asesinato y añadirle el delito de allanamiento de morada.

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