Valiente como un bombero

María Biempica no sospechaba el revuelo que se iba a montar con su voto en contra de la ley de Gallardón. “¿Yo qué iba a saber? No pensé en eso. Estaba nerviosa, como un flan”. ¿Acojonada?, pregunto yo. “Sí, mucho. Ni siquiera escuché los aplausos del público. Lo supe después, por la prensa. Sólo tenía una cosa clara, y era que estaba haciendo lo correcto, pero no tenía ni idea de la que estaba liando. Y fíjate, estoy muy orgullosa de lo que hice, pero siento una profunda tristeza por la indefensión en que se encuentran muchas mujeres del PP. Que lo que yo hice sea noticia es algo terrible, porque refleja lo solas que están tantas mujeres que piensan lo mismo que yo sobre esa ley, que no es una ley del aborto, sino contra el derecho al aborto. Diría que una mayoría de las votantes y militantes de mi partido repudian esa ley, y nadie las representa”. 
“Me están felicitando por todas partes. Me emocionó muchísimo la columna de María Varela, que para mí tiene un valor especial porque viene de una mujer a la que no conozco en persona, pero me han dicho que es adorable, madre como yo, y que ahora mismo está esperando otro bebé. ¿Cómo no me iba a emocionar?”. Le digo que las cuatro personas vivas a las que yo más admiro en este mundo son, por este orden, María Varela, John Rambo, Rocky Balboa y Sylvester Stallone. Escribió Varela que el gesto de Biempica “proba que aínda quedan persoas coherentes, que cren na liberdade e a exercen alí onde ten máis sentido facelo, defendendo os piares que, se supón, sosteñen a democracia”. El voto de Biempica está generando muy buena literatura. Hablamos otra vez ayer y me comentó la contraportada de Ramón Rozas: “A súa man blanca resplandeceu entre o veludo negro do Teatro Principal para erixirse en poema ao que ademáis florecéronlle as palabras e entonces foi luz”. 
Le hago la pregunta del millón: “¿Qué opinas de los cinturones de Coronel Tapioca que lanzamos con Diario de Pontevedra a partir de mañana, todos los lunes, al irresistible precio de 5.95?”. “Pues me parece muy bien, máxime cuando esta pregunta no me la has hecho y no te estoy dando esta respuesta. Te la estás inventando mientras escribes porque ya me han hecho tantas entrevistas, como la que publicó Serafín Alonso ayer en tu mismo periódico, que no sabes qué poner sin repetirte”. “¿Pero vas a comprar los cinturones?”. “¡Pues claro que sí, porque amo a mi familia!”. 
Mientras hablamos se acercan varias personas a felicitarla. Uno exclama: “¡Vivan los políticos con neuronas propias!”. A propósito de neuronas, me dice Biempica: “Lo único que me dolió fueron las declaraciones de Jacobo Moreira: que yo me había equivocado y que no sabía lo que votaba. Eso me ofende. El que se equivocó fue él. Nunca debería dudar de la inteligencia de una mujer”. “¿Lo ves como alcalde?”. “A fecha de hoy lo veo como portavoz”. “¿Y tú te ves como concelleira en 2015?”. “¡Por supuesto!”. Risas. Pausa. Carcajadas. “En serio, no lo decidiré yo. Si me llaman iré, y si no, pues no. No pasa nada”. 
Biempica dice que de todas las leyes que ha habido sobre el aborto, se queda con la que quieren cambiar, con una salvedad, la del límite de 16 años para informar a los padres. “Estaría mejor en 18. Creo que una niña de 16 años necesita el apoyo de una madre en un momento como ése”. Le digo que hay gente que piensa que si no comparte el programa de Rajoy debería dejar su acta de concejal. “Pues no. Es mentira que Rajoy llevara en su programa esa reforma planteada en esos términos. Que alguien me enseñe el programa de Rajoy donde está escrita la ley de Gallardón, que es aberrante”. 
Y sigue: “Esa ley, antes de debatirse en el Congreso debería debatirse en el PP. Para eso estamos las mujeres. No tengo noticia de que se haya abierto una consulta interna para saber qué pensamos. No sé de ninguna mujer a la que se le haya pedido su opinión. Así las cosas, no pueden exigirnos que votemos como autómatas. Deben darnos libertad de voto, y si no nos la dan debemos tomárnosla. No era una votación sobre si estamos a favor o en contra de asfaltar una calle. Era sobre un derecho prioritario que un hombre nos quiere arrebatar a las mujeres. Soy una militante disciplinada, pero en un tema como éste la conciencia de una mujer está por encima de cualquier disciplina”. 
“¿Eres una valiente?”. “Soy una mujer defendiendo los derechos de la mujer. Pero valiente, no lo creo, de verdad. Valiente es un bombero”.

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