Valientes anónimos en San Xurxo de Sacos

La Policía Judicial continuaban ayer tomando muestras en la zona. C. SERTAL
photo_camera La Policía Judicial continuaban ayer tomando muestras en la zona. C. SERTAL

Jesús Silva llegaba de trabajar. Encontró en la carretera de vuelta a casa numerosos coches que apenas avanzaban. Lo primero que le vino a la mente fue que había tenido lugar un accidente, pues no sería la primera vez que en la N-541 a su paso por la parroquia de San Xurxo de Sacos se produce alguna colisión o salida de vía. Silva decidió dar un rodeo para comprobar si la retención se estaba produciendo por ese motivo. Dice que veía a la gente aparentemente tranquila, por lo que en el momento no creyó que fuera grave hasta que aparcó su coche cerca del lugar en el que se aglomeraba la multitud, se acercó y se encontró con la casa de José Figueiredo completamente en ruinas. Un superviviente acababa de salir por sí mismo de la zona del desastre.

«Xa avisaran aos servizos de emerxencias cando eu aparquei. Mentres esperabamos a súa chegada, comprobamos entre varios se era seguro acceder aos escombros da vivenda, pois o obreiro que saíra con vida dixera que dentro estaba José. Había un motor eléctrico funcionando, como un xerador e a nosa prioridade era desenchufalo», explicó Silva.

Los cinco vecinos que accedieron a los restos de la casa, entre los cuales también se encontraba el alcalde de Cotobade, Jorge Cubela, se dirigieron hacia la zona en la que el herido había señalado que se encontraba José Figueiredo, «pero no momento no que chegaron os efectivos dos Bombeiros, xa nos dixeron que continuaban eles, que era o seu traballo e que sería máis seguro para nós, polo que deixamos que seguiran eles coa busca», comentó este vecino de San Xurxo de Sacos.

Al principio, según indicó Jesús Silva, al ver el vehículo del dueño de la casa aparcado en la acera, incluso se llegó a pensar que José Figueiredo podría estar en unos terrenos que tenía cerca de la vivienda que estaba reformando, «porque sempre deixaba o coche diante de casa e ía camiñando ata alí, pero no momento no que o ferido confirmou que estaba con el dentro, comezamos a buscar».

Este vecino de la parroquia hizo referencia a la incertidumbre de no saber si en el interior de la edificación también estaría la madre de José e incluso su hija pequeña, pues el coche que estaba estacionado detrás del fallecido era similar al de su progenitora, aunque posteriormente se confirmó que el único que quedaba dentro de la casa era Figueiredo.

La noticia conmocionó a las hermanas y a la madre del propietario de la casa, que en el momento de enterarse de lo sucedido se encontraba cuidando de su nieta.

FRUSTRACIÓN

Jesús Silva tiene casi la misma edad que José, por lo que cuando este último llegó desde Portugal a San Xurxo de Sacos con ocho años fue uno de sus compañeros de juegos. «Tiñamos unha relación moi cordial e na parroquia era moi coñecido. Sei que nunca se vai falar mal dunha persoa falecida, pero eu podo afirmar que nunca tivo unha mala palabra con ninguén. Todo isto é moi frustrante, porque el estaba traballando na casa, que tiña o teito e o solo de madeira, precisamente para evitar o que sucedeu, que caera», afirmó Silva.

Durante la jornada de ayer la Policía Judicial tomó muestras en la zona y en los coches, que ya habían sido liberados en gran parte de los cascotes. Vecinos de la parroquia continuaban parando en la acera de enfrente de la vivienda, una casa que antiguamente había sido un salón de baile, según apuntaban.

Familia política de José Figueiredo lo describía como una persona trabajadora y que, sin apenas haber recibido formación, salió adelante por sus propios medios; lo que tenía se lo había ganado a pulso. Hoy será enterrado en San Xurxo de Sacos, aunque no será hasta mañana cuando se oficie el funeral a partir de las 16 horas. La salida del féretro tendrá lugar a las 16.45 horas desde el Tanatorio Peña, situado en la misma parroquia.

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