''A veces no se sabe cómo nos salvamos, es una lotería'', advierte un club ciclista

El presidente del club ciclista Riazor de A Coruña, Roberto Rilo, ha lamentado hoy, en declaraciones a EFE, el atropello de ocho ciclistas en la localidad pontevedresa de Oia, un riesgo que corren cada vez que salen a la carretera.

"A veces no sé cómo nos salvamos, parece que somos de goma", ha asegurado Rilo, quien admite que subirse a la bicicleta y dar pedaladas se ha convertido en "una lotería". Señala que en cada salida a la carretera se producen sobresaltos y, tristemente, alguno acaba en tragedia. Hace dos años, él lo sufrió en carne propia y le han quedado secuelas en un hombro; hace un par de meses, otro ciclista de su club fue atropellado por un camión cuando circulaba junto a un compañero y perdió las piernas.

"Estas noticias te generan depresión, mal humor, impotencia", apunta el presidente del club ciclista Riazor, quien lamenta que los atropellos sean algo "constante". "Aprecio muchos conductores que respetan y guardan la distancia, pero también hay alguno que dice: 'no te vi' y que no se dan cuenta de que llevan un arma en la mano", sostiene. "Nosotros, más no podemos hacer. Nos hacemos ver en la carretera, circulamos correctamente y los conductores tienen que darse cuenta de que somos la parte débil y respetarnos. Es cuestión de perder unos segundos", apunta.

Recuerda, además, que muchos conductores desconocen que pueden traspasar la línea continua, siempre que no vengan vehículos de frente, para rebasarlos en la carretera y respetar así las distancias de seguridad. Y, aunque el riesgo aparece cada vez que salen de casa, el asfalto les atrae cada día que pueden practicar ciclismo deportivo, algo que suelen hacer en vías secundarias y no en carreteras generales. "La afición es tan grande que, aunque sabes que corres peligro, ejercemos nuestro derecho a salir a la carretera", concluye el presidente del club ciclista Riazor.

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