Pepe Rodríguez: «Veo los productos de las Rías Baixas y me pregunto cómo podría mejorarlos. Es difícil»

Pepe Rodríguez, ayer en Vilanova. david freire
photo_camera Pepe Rodríguez, ayer en Vilanova. david freire

Pepe Rodríguez jurado del programa MasterChef

 En un restaurante situado en O Grove, Pepe Rodríguez participó ayer en una degustación de productos del mar. Después, el alma del programa de televisión MasterChef participó en una demostración de cocina celebrada en uno de los patios del Pazo Baión (Vilanova). Fue un mano a mano en el que tuvo a su lado a otro prestigioso cocinero, Pepe Solla, de Poio. Este evento figura en el guión de las Jornadas Gastronómicas de Innonación y Nuevas Tendencias de la Cocina, organizadas por la Mancomunidade do Salnés. Estaba prevista la presencia de 40 espectadores, todos del sector hostelero, pero el número casi se duplicó. Tres demostraciones, que tuvieron como escenarios restaurantes de Meaño, Cambados y Vilanova, y unas charlas técnicas en el Parador cambadés completan el programa. La respuesta obtenida desbordó las mejores previsiones que barajaban sus promotores. Pepe Rodríguez hace una valoración muy positiva de la experiencia.

¿Con qué impresión se va tras su visita a Galicia?

Fue muy rápida y muy intensa. Conozco Galicia a la perfección y vengo con todo el gusto y el cariño del mundo. Ya estuve aquí en dos o tres ocasiones. Mi abuela era gallega y mi madre se ha criado en A Coruña, y con eso ya lo digo todo. Me quedaría a vivir aquí.

¿Si tuviese que hacerlo, qué menú elegiría de las Rías Baixas?

Hay que comer mejillones, cigalas, percebes o almejas en estado natural y con el toque atrevido de los cocineros que respetan estos productos y le dan un plus.

Hay un debate entre quienes dicen que el producto es tan bueno que apenas debe tocarse y otros que apuestan por su elaboración.

Lo estábamos comentando ahora. Veo el escaparate y me pregunto qué puedo aportar, cómo lo podría mejorar. Es muy difícil, Hay que tocarlo lo menos posible, pero para esto está la mano del cocinero. Hay algunos productos con los que no me atrevería porque me da pudor porque sé que no los mejoraría, pero con un toque podemos realzarlos. Hay que buscar el equilibrio y no es fácil. Esto es una joyería.

Para meterle la cuchara hay bastantes alternativas en Galicia.

Conocí muy pocos de cuchara en alta cocina moderna, y conozco casi todos los restaurantes y los cocineros. Hay muchos potes y guisos por enseñar y transformar y mejorar desgrasándolos.

Llama la atención que no participase ningún restaurador gallego en MasterChef.

Tampoco los hubo de otras zonas. Eran trece programas y no podían salir todos, pero saldrán, seguro. Hay grandes cocineros gallegos desde siempre.

¿Se sobrevaloran las estrellas Michelin?

Con las estrellas Michelin ocurre una cosa, es al guía más fiable que tenemos ahora mismo porque el crítico llega, come, paga y luego se presenta como tal. Comparto ciertas cosas pero hay restauranmtes con tres, dos y una estrella Michelin que no me gustan nada. Lo que pasa es que la sociedad necesita que alguien que le diga algo, lo que es bueno o malo, y entonces lo ve de otra manera. Yo prefiero probarlo y decidir lo que me gusta. Me gustaría que el cocinero fuese muy libre y no estuviese bajo la tiranía de una guía.

La época dorada de la restauración llegó a España durante una etapa caracterizada por el crecimiento económico. ¿Podría pasar que este sector tuviese los pies de barro?

No. España es un gran país y con grandes productos, que existían antes de la crisis y existirán después. Lo que pasa es que la crisis también saca ciertas vergüenzas. Creo que lo que hay que hacer es contar verdades como puños y enseñarle a la sociedad que no es verdad todo lo que le dice un político. Debemos ser más inteligentes y más cultos, y probar para poder elegir con una base.

¿Después del éxito que cosechó con la primera edición, teme que la segunda edición de Master Chef no esté a la misma altura?

Ese es el reto, hacerlo igual o mejor. Al final, la televisión es un trabajo como cualquier otro. Hemos alcanzado un reto y tenemos que mantenernos. Y cuando la audiencia diga que no interesa, se acabará, como se acabó uno de literatura u otro de venta de coches. ¿Cuánto recorrido tendrá? El que la socierdad quiera.

¿Alguna vez lo pararon por la calle para pedirle una receta o un consejo culinario?

Si, me piden de todo ahora en la calle.

En programas como MasterChef acostumbran a establecerse relaciones de amor-odio con los participantes. ¿Cómo lo lleva?

Cada uno tiene sua favoritos y quienes le caen mejor y peor. Yo intento no empatizar con ninguno de ellos para poder valorarlos en su justa medida. Yo no hablaba con ellos personalmente. Terminaba el rodaje, me iba por un lado y ellos por otro. No quiero tener ninguna relación.

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