Veraneantes, os saludamos con alegría

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Domingo, 4 de septiembre de 1966. La carretera que une Pontevedra y Sanxenxo luce un aspecto inusual a la altura de la avenida de León y de la rotonda en la que confluyen los viales que van hacia Portonovo y Vilalonga. En esas zonas se agolpan sendos grupos de muchachas que, ataviadas con ropas folclóricas, dan la bienvenida a los vehículos que desde primera hora de la mañana llegan a la villa de O Salnés. Las jóvenes dan el alto a cada uno de los turismos y entregan a los sorprendidos conductores una postal de Sanxenxo y una pieza de jabón de A Toxa. Este recibimiento tan particular fue la actividad estrella de la primera edición del Día del Turista, un acontecimiento hasta entonces inédito en la provincia de Pontevedra.

Actualmente, el Concello rinde homenaje a los veraneantes el 25 de agosto, coincidiendo con los festejos en honor a San Xinés. Una gran ‘sardiñada’ en el Puerto Deportivo Juan Carlos I es su actividad estrella. Con el paso de los años, los actos de reconocimiento a los visitantes han ido perdiendo fuelle. Raciones gastronómicas al margen, ya no queda nada de los recibimientos que se le daban a los veraneantes entre finales de la década de los 60 y principios de los años 70. La primera edición del Día del Turista despertó una gran expectación. Los periodistas de Diario de Pontevedra ‘Sprinter’ y C. Gómez acudieron a Sanxenxo para cubrir esta novedosa iniciativa. «Lindas jovencitas atendían los puestos de propaganda y obsequios y habían de multiplicarse en el servicio de jugosas sardinas y copas de Ribeiro», escribieron en sus crónicas. Ya por aquel entonces también se celebraba una ‘sardiñada’, único vestigio que queda de aquella programación lúdica. Sus primeras ediciones no tuvieron lugar en la dársena, sino en la propia avenida de León, donde hoy se ubica la administración de Lotería número 1.

Además de los regalos entregados a los recién llegados y de la ‘sardiñada’, en esa primera edición del Día del Turista también se celebró un concurso de pesca, en cuya organización colaboró el Real Club Náutico de Sanxenxo, una regata de vela y numerosos conciertos musicales a cargo de grupos folclóricos locales. Asimismo, el día grande de las fiestas de Santa Rosalía de 1966 también será recordado por nombrar por primera vez a las reinas de los festejos patronales. Tal honor recayó en la madrileña María Teresa Gómez de la Vega, una estudiante de Periodismo que triunfó en la categoría nacional; la francesa Annie Levy, ganadora del certamen internacional, y Lynda Turner, una joven británica que fue agasajada por convertirse en la turista número 250.000 que visitaba Sanxenxo. Prueba de la importancia de aquellos actos fue la presencia del entonces subsecretario del Ministerio de Información y Turismo, Pío Cabanillas.

Acuerdo plenario

El nacimiento del Día del Turista se gestó en una sesión plenaria celebrada el 11 de junio de 1965. Así lo recoge un estudio realizado por el historiador local y exfuncionario municipal Victoriano Otero. El acuerdo de la Corporación tenía como objetivo «proceder a un cambio de las fiestas de Santa Rosalía, a fin de que los veraneantes puedan disfrutar de las mismas».

De esta manera, no solo se propuso crear esa jornada lúdica, sino que también se apostó por ampliar el número de días de festejos, que comenzarían el 24 de agosto y concluirían el 5 de septiembre. La propuesta fue respaldada por todos los concejales del Ayuntamiento. Sin embargo, los inicios no resultaron sencillos. Si bien la primera edición resultó todo un éxito a nivel de participación y acogida, en el apartado económico hubo más sombras que luces.

Y es que, tal y como rememora el propio Otero, que en su momento ejerció de tesorero de la Comisión de Festas, «los gastos se desfasaron por completo. Las subvenciones eran muy escasas y el Concello pretendía que se recaudase el dinero suficiente para celebrar los actos institucionales y los tradicionales». El conflicto alcanzó unas cotas de tensión tan elevadas que Sanxenxo estuvo a punto de quedarse sin celebraciones en 1967. Lo impidió el alcalde de la época, José Ramón Guisasola, que optó por separar las nuevas actividades lúdicas de las tradicionales y religiosas. Victoriano Otero rememora que este acuerdo llegó ya bien entrado el verano, por lo que parecía poco probable que hubiese tiempo material para organizar los festejos. Sin embargo, a pesar de que su puesta a punto fue prácticamente a contrarreloj, la programación resultó todo un éxito, llegando a ser calificada por el propio regidor sanxenxino como «unas fiestas de notable alto». En aquella Comisión de Festas se encontraban vecinos y empresarios locales ilustres, como Justo Bermúdez, Gonzalo Cacabelos o el propio Victoriano Otero.

Fiestas en el aire

La necesidad de dar un giro a los festejos patronales de Sanxenxo no surgió de la noche a la mañana. Más de diez años antes de que el Día del Turista se hiciese realidad, el exalcalde José Pita Durán apostó por desarrollar una programación lúdica que sirviese para consolidar a la villa como un destino vacacional de referencia a nivel nacional. Ya por aquel entonces el municipio era uno de los destinos predilectos de no pocas familias de Madrid, Castilla-León y otras comunidades autónomas. Sin embargo, el entonces regidor entendía que potenciar las celebraciones en honor a los santos patrones podría ser una fórmula ideal para aumentar el número de visitas.

De esta manera, Pita Durán, cuya trayectoria empresarial también era muy conocida en la villa, al ser el fundador del Hotel Mar, a orillas de la playa de Silgar, decidió crear la Comisión de Fiestas Deportivas de Sanxenxo. La recién creada agrupación contó con un presupuesto inicial de 4.000 pesetas para organizar torneos de fútbol, regatas de vela y campeonatos del tiro al plato. Además de la subvención municipal, se apostó por dar vida a las Fiestas en el Aire, que consistían en una serie de actividades lúdicas que se desarrollaban en el antiguo Cine La Terraza, donde hoy se ubica en histórico hotel. Allí tenían lugar actuaciones musicales de grupos y cantantes que daban sus primeros pasos en el mundo del espectáculo. Fue precisamente en esa sala donde dio uno de sus primeros espectáculos el ilusionista Juan Tamariz. Además, también se proyectaron obras inéditas del actor Manolo Morán, uno de los primeros turistas ilustres de Sanxenxo.

Rajoy, pregonero

Con el paso de los años, el Día del Turista fue incorporando novedades. Aunque se dejó de dar la bienvenida a pie de calle a los veraneantes, la expectación no dejó de crecer. En 1983 se apostó por primera vez por contar con un pregonero. El elegido fue el actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que en aquella época dirigía la Deputación de Pontevedra.

En su discurso, Rajoy ensalzaba el programa de las celebraciones, que «demuestra la sensibilidad de este pueblo en su deseo de promocionar sus recursos y preservarlos para disfrute propio y general. Sanxenxo responde así al profundo y arraigado afecto de sus visitantes, obligado premio a su fidelidad».

«Había ‘tortas’ por ser pregonero»

La figura del pregonero alcanzó una gran importancia durante los años 80 y 90. Eran muchas las personalidades políticas que deseaban dar el pistoletazo de salida a las fiestas de Sanxenxo. Así lo asegura Victoriano Otero, que reconoce, en tono jocoso, que «había tortas por convertirse en pregonero». A cambio de la elección, la Comisión de Festas solicitaba alguna ayuda a las instituciones dirigidas por los afortunados.

Con el cambio de milenio, el Concello apostó por contratar a actores y humoristas, dando otro giro a este evento.

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